Anteriormente se consideraba que la economía era dirigida por el “egoísmo racional”. Más tarde, se comprobó que este modelo estaba equivocado. Resultó que el hombre es irracional y representa una dimensión desconocida en la ciencia de la economía.
Dr: Laitman Precisamente este “elemento humano” que no puede ser medido evita que la economía sea una ciencia precisa. No podemos pesarla, clasificarla y organizarla de acuerdo a un criterio específico. En el futuro, este elemento nos traerá una multitud de problemas. Invalidará incluso los cálculos mecánicos simples ya que percibimos la mecánica en nuestra mente así como también los deseos. No existe por sí sola. Súbitamente, uno mas uno no será igual a dos. Podrías pensar, ¿cómo puede ser eso? Después de todo, es sólo una máquina que opera de acuerdo a leyes precisas. Aun así, los cálculos no corresponderán con la realidad. ¿Por qué es así? Es porque yo he cambiado internamente y descubro ahora que ya no puedo seguir haciendo cálculos de acuerdo a la mecánica Newtoniana o a la teoría de Einstein. Como un ejemplo de la vida real, recientemente, los científicos han descubierto que hay micro partículas que se mueven más rápido que la velocidad de la luz. De la misma manera, no sólo la economía caerá víctima del elemento humano, sino también de disciplinas que a primera vista no tienen nada que ver con nuestro mundo interno. Los axiomas de pronto perderán su inmutabilidad. Es así porque revelamos el mundo dentro de las cualidades de nuestra propia naturaleza y cuando esta cambia, el mundo cambia con ella. Haremos un cálculo familiar una vez más y de pronto no logrará corresponder con los hechos. El motor de un auto no dará la potencia que predicen sus caballos de fuerza. La materia real de pronto perderá sus cualidades innatas.
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