¿Cómo puede usted explicar a la gente que vale la pena conectarse con los demás, si ellos no ven ningún resultado práctico todavía? Es una locura trabajar sin ver ningún resultado.
Dr: Laitman Por supuesto, la sabiduría de la Cabalá no dice que debamos actuar sin ningún tipo de combustible e ignorar los resultados. Tenemos que crear tal entorno, tal sociedad que le provea a la persona el combustible para su otorgamiento. El entorno debería impresionarme por lo que me gustaría unirme a él y disfrutar de otorgar a este. Es la sociedad la que debe darme la fuerza necesaria para ello. Entonces, ¿cómo creas tú una sociedad así? Es nuestro trabajo. Nosotros, el uno por ciento de la humanidad, debe crear un entorno para nosotros y para todo el mundo y establecer los valores dentro de él, que harán que la persona quiera servir a los demás y estar satisfecho al hacer eso. No es difícil de hacer; por el contrario, la persona deseará otorgar, le gustará, todo el mundo lo respetará por eso. Esta es una recompensa mucho mayor que las subvenciones u otras bonificaciones. Después de todo, este premio se transmite espiritualmente, más allá del respeto y del aprecio del entorno. Así, la persona recibe combustible, lo que le hace disfrutar de cada momento de otorgamiento mucho más de lo que él disfruta al recibir hoy. Es más, esto lo anima a invertir en la sociedad aún más. Esto vale la pena; uno siente inmediatamente lo bueno que es. La Luz espiritual, es la Luz del placer que se extiende dentro del otorgante cuando él otorga. Así, la sabiduría de la Cabalá no te dejará vacío, sino que te llenará de satisfacción, mientras que actúas. Puedes preguntar acerca de la intención, pero en lo que respecta a las masas, esa pregunta es irrelevante en este momento. Por el momento, se trata de una intención egoísta de Lo Lishma (para uno mismo). La sociedad, de hecho, puede obligar a una persona a dar, no por la fuerza, sino por medio del espíritu general. Hacemos muchas cosas en la vida para ganarnos el respeto de los demás. Hago grandes esfuerzos y pierdo un montón de dinero en esto. Toma mi ropa, por ejemplo: ¿Quién necesita todo eso? Yo no, pero es mi tributo a las normas generalmente aceptadas. ¿No podría simplemente comprar un coche barato que no requiera de años de trabajo con el fin de poder terminar de pagarlo? Pero yo elijo una marca de prestigio para que mis vecinos se sientan celosos. Es lo mismo en todo lo que hacemos, puede ser en la compra de un apartamento, casarme, tener hijos, o cualquier otro detalle de nuestras vidas. Si sólo supiéramos los cálculos reales, yo siempre cedo ante los valores del entorno. Soy esclavo de los demás. Vean cómo la televisión influye en nosotros: Me obliga a ceder ante quien quiera obtener un beneficio a costa mía. Pero ¿estoy otorgando mediante la compra de sus productos y servicios? Ellos simplemente me llevarán a la ruina. Siempre pienso en cómo invertir mi dinero, pero ¿en qué lo puedo invertir? Si supiera cómo otorgar a la sociedad y al sistema general, lo disfrutaría tanto como disfruto cuando satisfago el deseo egoísta del tramposo que saca un beneficio a costa mía. Podría invertir en el entorno y este me lo devolvería al apoyarme cuando me siento débil y proveer a mi familia con todo lo que necesiten. ¿Qué es lo que obtenemos de los magnates que nos chupan la sangre hoy en día? ¡Nada! Abre los ojos y ve lo que está sucediendo en el mundo. Noventa y nueve por ciento de tus esfuerzos son desperdiciados en los deseos egoístas del entorno. En la sociedad de garantía mutua, sin embargo, tú servirías a un entorno que está basado en la idea de igualdad. Sentirías la seguridad, la paz y tendrías una respuesta cálida y agradable de él. Es difícil de imaginar en nuestro corazón y mente cuan destructiva es la situación actual. Estamos en la peor clase de esclavitud. Es como si estuviéramos hipnotizados, programados para estar en una competencia sin fin: no he comprado todo aun, todo el mundo aun no está detrás de mí. La sociedad está presionándote constantemente. Crees que estás trabajando para tu familia, tus hijos y para ti, ¡pero no es así! Es sólo una gran ilusión. Si miramos lo que está entre nosotros desde un costado, descubriremos cosas horribles. Todos estos sistemas se basan únicamente en la explotación egoísta de los demás.
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