Pienso que lo recibirán con un entendimiento mayor porque la persona que ya ha pasado por toda una vida, entiende hasta qué punto uno no es el amo de su propia vida. Es como si esta le hubiera pasado por encima, manejándolo y ella no hubiera estado al mando de su vida.
Las personas de esa edad están más de acuerdo con el hecho de que la naturaleza trabaja en nosotros y ahora, cuando ya no les queda mucho tiempo para entender, realizar y probablemente corregir eso de alguna manera, son más diligentes, sensibles y compasivos. Aparte, la enorme experiencia de vida duramente ganada le da a la persona un enfoque completamente diferente hacia lo que se le está ofreciendo. Desde el principio, la persona está abierta a aprender, entonces naturalmente, su participación en los estudios es más amigable. Le estamos ofreciendo a la persona que adquiera la armonía en ese corto periodo de tiempo que él o ella tienen. Estas son personas que viven y se evalúan no en relación a ciertos logros, sino en relación al final de la vida. Hablando en general, esta constante sensación subconsciente en la persona determina todo su comportamiento. Y aquí es donde necesitamos impregnar el punto final de su vida con alegría, alcance y ascenso hacia un nuevo estado que existe más allá del fin de la vida corporal. Debemos darles una sensación que es como si estuvieran volando y a punto de estrellarse con algo y de pronto un motor aparece y los lleva por encima del obstáculo. Es precisamente una sensación de esta posibilidad lo que les dará fuerza y entonces, por supuesto, será muy fácil para ellos trabajar en grupo. Espero que esos grupos sean una ayuda seria porque en principio, mientras más grupos de este tipo creemos, más fácil será para nosotros incluirnos en toda la humanidad. Por cierto, la inherente longevidad en nuestra época (la expectativa de vida es más del doble comparada con la de los siglos pasados) significa una acumulación de experiencia de vida por un individuo. En algún punto, las personas vivían de 30 a 40 años y morían jóvenes, sin obtener experiencia en la vida. Desde los tiempos antiguos y hasta el siglo 18, la persona no vivía más de 35 a 40 años. Es difícil creer ahora que alguna vez existió un ciclo de vida tan corto. La persona prácticamente no tenía tiempo de alcanzar nada en la vida, envejecía muy rápido y moría. Todo de alguna manera acababa muy abruptamente. Necesitamos tomar ventaja del hecho de que en nuestra época, el ego que se desarrolla nos ofrece una oportunidad, de acuerdo con su desarrollo, para vivir e internalizar simultáneamente la experiencia y el punto de vista que se desarrolla en la persona a la edad de sesenta y más allá. Hoy en día las personas de edad avanzada abarcan la vasta mayoría de la humanidad. Necesitamos tomar ventaja de este grupo, que simpatiza con nuestra metodología y su resultado, a través de ellos crear en toda la humanidad cierto trasfondo correcto para la integración. Por lo tanto, bajo ninguna circunstancia debemos ignorar a esos grupos, aun cuando nuestra actitud acostumbrada y común hacia este segmento de la población es: “Crearemos todas las condiciones necesarias para que no sean una molestia. Dejemos que se sienten en alguna banca y plácidamente vean llegar el fin de su vida”. No, necesitamos construir grupos muy poderosos a partir de ellos y diseminarán este método, su utilidad y una solución que salva la vida y que se ofrece a la humanidad entre sus hijos y sus nietos.
Pregunta: Sabemos por experiencia que la mayoría de las personas mayores realmente les encanta contar la historia de su vida ¿Debemos darles la oportunidad de compartir sus historias?
Las personas de esa edad están más de acuerdo con el hecho de que la naturaleza trabaja en nosotros y ahora, cuando ya no les queda mucho tiempo para entender, realizar y probablemente corregir eso de alguna manera, son más diligentes, sensibles y compasivos. Aparte, la enorme experiencia de vida duramente ganada le da a la persona un enfoque completamente diferente hacia lo que se le está ofreciendo. Desde el principio, la persona está abierta a aprender, entonces naturalmente, su participación en los estudios es más amigable. Le estamos ofreciendo a la persona que adquiera la armonía en ese corto periodo de tiempo que él o ella tienen. Estas son personas que viven y se evalúan no en relación a ciertos logros, sino en relación al final de la vida. Hablando en general, esta constante sensación subconsciente en la persona determina todo su comportamiento. Y aquí es donde necesitamos impregnar el punto final de su vida con alegría, alcance y ascenso hacia un nuevo estado que existe más allá del fin de la vida corporal. Debemos darles una sensación que es como si estuvieran volando y a punto de estrellarse con algo y de pronto un motor aparece y los lleva por encima del obstáculo. Es precisamente una sensación de esta posibilidad lo que les dará fuerza y entonces, por supuesto, será muy fácil para ellos trabajar en grupo. Espero que esos grupos sean una ayuda seria porque en principio, mientras más grupos de este tipo creemos, más fácil será para nosotros incluirnos en toda la humanidad. Por cierto, la inherente longevidad en nuestra época (la expectativa de vida es más del doble comparada con la de los siglos pasados) significa una acumulación de experiencia de vida por un individuo. En algún punto, las personas vivían de 30 a 40 años y morían jóvenes, sin obtener experiencia en la vida. Desde los tiempos antiguos y hasta el siglo 18, la persona no vivía más de 35 a 40 años. Es difícil creer ahora que alguna vez existió un ciclo de vida tan corto. La persona prácticamente no tenía tiempo de alcanzar nada en la vida, envejecía muy rápido y moría. Todo de alguna manera acababa muy abruptamente. Necesitamos tomar ventaja del hecho de que en nuestra época, el ego que se desarrolla nos ofrece una oportunidad, de acuerdo con su desarrollo, para vivir e internalizar simultáneamente la experiencia y el punto de vista que se desarrolla en la persona a la edad de sesenta y más allá. Hoy en día las personas de edad avanzada abarcan la vasta mayoría de la humanidad. Necesitamos tomar ventaja de este grupo, que simpatiza con nuestra metodología y su resultado, a través de ellos crear en toda la humanidad cierto trasfondo correcto para la integración. Por lo tanto, bajo ninguna circunstancia debemos ignorar a esos grupos, aun cuando nuestra actitud acostumbrada y común hacia este segmento de la población es: “Crearemos todas las condiciones necesarias para que no sean una molestia. Dejemos que se sienten en alguna banca y plácidamente vean llegar el fin de su vida”. No, necesitamos construir grupos muy poderosos a partir de ellos y diseminarán este método, su utilidad y una solución que salva la vida y que se ofrece a la humanidad entre sus hijos y sus nietos.
Pregunta: Sabemos por experiencia que la mayoría de las personas mayores realmente les encanta contar la historia de su vida ¿Debemos darles la oportunidad de compartir sus historias?
Dr: Laitman Sólo si nos ayuda como un ejemplo psicológico: cómo te relacionaste, qué viste, qué viviste. Naturalmente, la persona mayor adora esto, pero sus historias necesitan estar acompañadas con investigación y análisis: Por qué sucedió esto, qué te proporcionó, qué debe enseñarnos hoy, etc. Las personas mayores que pasan el tiempo en diversas reuniones es su asunto, pero necesitamos tomar esto en consideración y enseñarles cómo establecer una conexión con el experimento de vida que han vivido.
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