
Cuando experimentas la necesidad por el otorgamiento puedes entender cómo es el otorgamiento. Trata de otorgar a tus amigos y verás que no lo quieres. A partir de esto entenderás como sería si poseyeras la propiedad de otorgamiento. Entonces comenzarás a preguntarte qué te hace falta. El razonamiento es como sigue. Quiero alcanzar la unidad con mis amigos. Ellos están unidos entre sí mientras que yo estoy desprendido de ellos. Honestamente no quiero esta unidad, soy incapaz de hacer esto, continúo olvidándome de ello. La chispa de mi deseo se atenúa. Puedo reanimarla sólo cuando estoy con mis amigos, cuando me conecto con ellos incluso por vergüenza. Me vuelvo cercano a ellos, trabajo en el grupo y comienzo a entender cuánto necesito el amor. Los trazos de mis esfuerzos gradualmente dibujan una imagen de otorgamiento. Pienso en sus beneficios y de esta manera formo una vasija, un deseo. Tal vez aún es irreal y solo es preliminar. Sin embargo, con cada esfuerzo atraigo la Luz superior, que es construida de acuerdo a mis deseos. Está llegando desde la perfección, desde la Eternidad, justo hasta la ruptura, hasta este mundo. Tal vez estoy jugando como un niño que juega a las adivinanzas, pero la Luz está haciendo su trabajo. Esto hace posible que me mueva hacia el otorgamiento.
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