Cuando la persona llega a la Cabalá, no entiende por qué ella necesita a la humanidad. La Cabalá nos dice que existen fuerzas que operan por encima de nuestro mundo, que describen el mundo en nuestra percepción. Es por eso que deseamos volar a alguna parte, hacia lo desconocido, hacia el Creador, hacia Su sistema espiritual. En consecuencia, el hombre también percibe los materiales de estudio personalmente, por su cuenta, sin sentir la necesidad de unirse con los demás. Esta es la percepción inicial, muy limitada percepción con la que todos nosotros, siendo egoístas, comenzamos nuestro viaje. Sólo después de varios años, como resultado de la influencia de la Luz circundante, entiendo yo que no tengo más remedio que unirme con mis amigos y revelar la Luz en la conexión interna de ellos. Pero cuando piensas acerca de ti, la Luz tiene un efecto contrario: Esto me demuestra lo equivocado que estoy, y luego veo que tengo que unirme con el grupo. Que yo encontraré el mundo superior allí, en lo profundo de él. Esta es una revolución muy grande en la conciencia. El hombre comienza a comprender que el mundo espiritual realmente existe, que existe en la conexión entre la gente, en un lugar con coordenadas completamente anti egoístas. Entonces surge un problema: ¿Cómo te demuestras esto a ti mismo? ¿Cómo llevarte a ti mismo más cerca de tener una actitud correcta? Esto debe llegar a ser tan importante que todo lo demás parecerá como extraño. A partir de ahora me centraré sólo en el grupo, en la unión con él. Es mi único objetivo y nada más porque yo dependo de él. Esta es la segunda etapa. Y entonces aparece la tercera etapa, una aún más complicada, cuando te das cuenta que también es necesario hacer difusión masiva. “¿Desde cuándo? Vamos hacia el Creador, después de todo. Al principio yo quería llegar solo, entonces comprendí que necesito un grupo. Pero ¿desde cuándo tengo que cuidar de los demás? Mil millones de chinos, mil millones de hindúes, quinientos millones de sudamericanos, quinientos millones de europeos, africanos, ¿qué tienen que ver con esto? ¿Quién cuida a quién y por qué tengo que hacerlo yo?”. Aquí le explicamos nosotros a la persona que ella, el grupo, y toda la humanidad deben unirse con el fin de llegar a ser como el Creador. Otro obstáculo con el cual está en desacuerdo es: “Mis amigos y los grupos del mundo tienen un objetivo, pero los otros no”. Y esto también es cierto. Después de todo está escrito: “Israel, la Torá y el Creador son uno”. “Yo soy Israel”, el grupo es la “Torá”, la Luz que reforma. Y juntos vamos hacia el Creador. Por otro lado, el restante 99% se encuentran por debajo y aspira hacia sus placeres corpóreos. Entonces, ¿por qué los necesitamos?. En respuesta a esto, una y otra vez, tenemos que explicar que somos un eslabón transitorio y que debemos convertirnos en “un reino de sacerdotes”, en otras palabras, debemos educar a toda la humanidad acerca de garantía mutua y de la unidad integral. Entonces, conectaremos las masas a nosotros, como AHP se conecta con Galgalta ve Eynaim (GE) y nos uniremos con todas las personas con el Creador en las diez Sefirot.
Es muy difícil de explicar esto a los amigos en el grupo. El grupo es nuestro campo de acción, la fuente de todo, y en el que lo revelamos todo. El circulo se manifiesta así: AHP, nosotros, el Creador, todo dentro, todo termina en el grupo en una única vasija, tejida a partir de la unidad de los puntos en nuestros corazones. Una parte de ella viene desde abajo y una parte viene de Arriba. Nuestros grupos no entienden y no quieren cambiar para ser los mensajeros de la garantía mutua a las masas. Es muy difícil para la persona permitirse a sí misma algo tan opuesto, observar cómo las diferentes cosas se conectan en una sola. Pero todo saldrá bien gradualmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.