Una vez vi una película en la que un microchip era instalado en el cerebro de un
mono y como resultado, obtenía las bananas usando un brazo artificial. Ahí es
donde entendí que mi cuerpo no existe porque también podría ser sólo artificial.
En este caso, ¿dónde se localiza el deseo de revelar al Creador, que ahora
siento dentro de mí?
Dr: Laitman El deseo por la espiritualidad
no está localizado dentro del cuerpo material. Los deseos no están dentro del
cuerpo en absoluto. Confundimos el cuerpo biológico, animado, que opera de
acuerdo a instintos naturales, personalidad, e inclinaciones que determinan sus
deseos y necesidades naturales, con el deseo que está desconectado de este
cuerpo y pertenece al alcance de la espiritualidad. Nuestro cuerpo es un animal, como ese
mono con una banana. Pero cuando un nuevo deseo despierta en nosotros, por
encima de nuestras necesidades animadas, es en un nivel completamente diferente
y no está dentro del cuerpo. El cuerpo podría vivir o morir, pero nada le sucede
al deseo espiritual. El cuerpo animal vive y muere, todos
sus deseos animados, aspiraciones, y metas mueren junto con este. Existe además
un deseo llamado “el punto en el corazón,” el cual tenemos que desarrollar. Si
nos conectamos con otros deseos iguales a este, que están presentes en los
otros, entonces construiremos un deseo común a partir de ellos en el cual es
posible revelar la vida espiritual. Tengo una gota de semen espiritual,
llamada “el punto en el corazón.” Puedo hacerla crecer al añadir más y más
“carne” a esta, justo como un bebé crece a partir de una gota de semen en el
vientre de la madre. ¿Entonces cómo puedo agregar la carne
espiritual a mi punto, la gota de semen espiritual? Para eso tengo que unirme
con otros. Así es como construiré la vasija de mi alma y comenzaré a vivir
dentro de ella, dentro de este nuevo deseo que reuní. Si no lo construyó, entonces permaneceré como esa
gota inicial de semen, sólo con el gen de información (Reshimo), una
vez más regresaré y pasaré por todos los ciclos de vida, uno tras otro,
recibiendo la oportunidad de desarrollar esa gota. Mi cuerpo animado sólo acompaña la gota de semen,
el punto en el corazón. Por lo tanto, deja de concentrarte en tu cuerpo y dale
lo que se supone que debe obtener para una existencia normal. Y dedica toda tu
atención al punto en el corazón, a cómo conectarlo a otros puntos para construir
una vasija general a partir de ellos para revelar el mundo espiritual. Con respecto a los microchips,
déjaselo a los monos
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