Un embrión se anula a sí mismo y ese es su único trabajo. Él acepta con gratitud todo lo que le sucede y siempre percibe al superior como bueno y benévolo. Mi trabajo es sólo anularme a mí mismo sin importar lo que suceda, ni los cambios que tomen lugar desde un extremo al otro del mundo. Yo me mantengo en un estado de otorgamiento, Jafetz Jesed, sin importar nada. Esto significa que yo existo en el superior, anulo mi personalidad, mi independencia y no molesto al superior mientras Él influyen en mí, le dejo a Él hacer cualquier cosa que Él quiera. Yo soy como un bebé
en los brazos de su madre, sin pensar en nada. Si tú fueras llevado en los brazos de alguien, ¿cómo te sentirías? Imagina que diez personas te están sosteniendo ahora y te levantan en el aire. A pesar de que sean indudablemente lo suficientemente fuertes para sostenerte, tú temblarás y sentirás miedo de encontrarte en los brazos de otros. Tú estarás temeroso de caerte y dudarás de que ellos tengan suficiente fuerza para cargarte. Un bebé no tiene tales dudas. ¿Has visto cómo un bebé duerme pacíficamente en los brazos de su madre? Este es el atributo de auto anulación en relación al superior. Un bebé lo hace naturalmente. Pero gracias a estas fuerzas el embrión crece en el vientre de su madre. Esto significa que al estar en el AHP del superior, se anula a sí mismo sin importar lo que suceda: para bien o para mal, sin importar en qué estado está. Un embrión sólo aumenta su lealtad y su anulación. Esto es llamado el nivel raíz del deseo (Aviut Shoresh) y este trabajo no es para nada simple, esto en realidad es muy difícil. Por medio de esto tú esculpes tu primera forma. Sin importar qué Luz llegue, tú sólo te anulas a ti mismo, sin importar que sientes: dolor o placer, escasez o abundancia. Por lo tanto, tú te formas a ti mismo y comienzas a ser igual al Creador en tu primera forma llamada “un embrión“. Un embrión está en las aguas de su madre y se moldea a sí mismo en el Partzuf espiritual: las 10 Sefirot que son inundadas con la Luz de Nefesh. Cuando este termina su auto anulación y no hay nada más que pueda hacer en ese nivel, en el nivel raíz del deseo, este tiene que seguir adelante y a esto se le llama nacimiento. La diferencia entre estos estados es inmensa ya desde el nacimiento, un embrión espiritual comienza a trabajar con las vasijas de recepción. Él siente que está separado del superior. El nacimiento es el cambio más significativo de todos los cambios en nuestro camino. Un embrión es cada uno de nosotros cuando se anula a sí mismo ante los demás, lo cual se vuelve el vientre de una madre para él. Nuestro embrión colectivo es el campo que nos conecta, el que queremos crear entre nosotros. Si todos nosotros nos conectamos, el vientre de la madre comienza a ser la revelación general de la fuerza superior donde todos nosotros existimos.
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