
Pregunta: ¿Por qué es tan importante para los seres creados sentir que el Creador es quien les trae placer?
Rav: Los seres creados pueden sentir sólo aquello con lo que tienen equivalencia de forma. Si ellos quieren sentir al Creador como el que otorga, tienen que entender lo que significa; tienen que estar incluidos en el otorgamiento y en realidad elevarse a esa altura. Entonces recibirán ese placer, el mismo nivel de existencia y poder de vitalidad que posee el Creador.
Pregunta: Hay un ejemplo aquí de un padre jugando con su hijo, quien quiere que lo considere como la fuente de todos los placeres. Este parece un acto muy egoísta.
Rav: Pero puede haber otro ejemplo de una actitud similar: un padre tuvo al hijo no con el fin de disfrutarlo, sino para traerle bienestar. El padre hace todo lo que está en su poder hasta que el hijo crece con el fin de otorgarle. Entonces cuando el hijo crece y recibe todos los tesoros del padre, entiende y siente una completa existencia eterna, esto le trae contento al padre. Esto significa que si el Creador disfruta, es una señal de que yo he llegado a la perfección. Así es como debes verlo, que esto surge de Su amor. Por nuestra parte tenemos que traerle contento a Él y traerle pleno e infinito otorgamiento a la fuerza superior. Nosotros recibimos deficiencias de esta, deseos vacíos y a partir de ello recibimos las Luces que corrigen esas deficiencias al convertirlas de recepción en otorgamiento. Así avanzamos hacia la semejanza con el Creador. Este es el único camino correcto y deseable por el cual podemos avanzar. En correspondencia, sentimos la fuerza de la vida espiritual que nos llena, llamada Luz. Este proceso es descrito en nuestro lenguaje, en el lenguaje corporal y así nos parece que el Creador llora y siente pesar si no actuamos como deberíamos o si no continuamos con el ritmo necesario. Así comunican los cabalistas las reacciones que convocamos en Él mediante nuestras acciones no deseadas. Sin embargo, si tenemos éxito, ellos dicen que Él es feliz. De una manera u otra, “La Torá habló en el lenguaje de los humanos”. Aquí es donde surge el ejemplo del padre que cambia intencionalmente su expresión hacia su hijo, expresando así insatisfacción, deseo, o felicidad, con el fin de permitir que su hijo establezca la conexión con él. Pero es sólo una expresión, ya que el padre mismo evoca diferentes estados y expresiones del ánimo en el hijo y él es el que crea las circunstancias que acompañan su crecimiento. El hijo obedece totalmente a su padre interna y externamente. Por lo tanto, aparecen ante él diferentes imágenes: ve que su padre está serio, o riendo, insatisfecho, o satisfecho. En general, todo mi mundo interno y mi entorno son el Creador. En el interior esto está totalmente oculto de mí y en el exterior puedo atribuirle el papel principal al destino o incluso a la fuerza superior, aun cuando todavía no la veo. La meta es entender dónde está el “corte”, dónde está la diferencia, dónde está el yo aquí. Se nos dice: “No existe nadie más aparte de Él”. El Creador me envía todo lo que siento internamente; ‘El controla mis pensamientos y deseos y todo lo que me sucede, la forma en la que recibo esto y cómo respondo a lo que sucede. En una imagen de rayos x, podría ver que yo no tengo control sobre nada, que Él lo controla todo. ¿Entonces qué soy? “yo” es el punto que quiere revelar al Creador, eso es todo. Es un punto que está por fuera del Creador, el punto de separación, de ruptura, el punto de mi “yo”, mi base a partir de la cual debo descubrir al Creador y Su unicidad.
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