Cuando el Ser Humano descubre la verdadera esencia del Creador y se comporta segun esa naturaleza, de otorgante o dador, ese acercamiento es tan intenso, que se da cuenta que no necesita de su religion, esta permanece solo como parte de su entorno cultural y social en este mundo.
¿Por qué en la espiritualidad la calidad es mucho más importante que la cantidad?
Porque el alcance de la Deidad es cualitativo y no cuantitativo. De hecho no hay cantidad; es todo uno. Existe un deseo y una Luz y la conexión las vuelve una. Todo nuestro trabajo es cualitativo. Gracias a su corrección, el ser creado aprende la esencia del Creador y la actitud hacia Él dentro de la Luz superior. Todo lo que inicialmente fue creado dentro del deseo de recibir, según el deseo del Creador, tenía la intención de revelarlo a Él en cierta medida. Él mismo, Atzmuto, aun es inalcanzable, pero el Creador ha dedicado una parte de Sí mismo a la creación. Así que el deseo de recibir que debe ser colmado al máximo fue creado con el fin de descubrir a aquel que lo creó. Nosotros no podemos hacer nada más que eso. Los cabalistas dan por sentado que hay ascensos adicionales, pero no sabemos sobre eso. Así que todo nuestro alcance es cualitativo, y no hay cálculos en esto. Aunque utilizamos números, de hecho contamos revelaciones cualitativas. Incluso en nuestro mundo, si hubiéramos verificado las cosas cuidadosamente, veríamos que sólo existen parámetros cualitativos y no cuantitativos. Si entendemos que las cosas no son exactamente iguales, entonces los cálculos cuantitativos se hacen imposibles. Pero nuestro discernimiento y nuestro logro son débiles: mientras tanto, no discernimos los parámetros cualitativos y no sabemos cómo acercarnos. Sólo más tarde, desde la vasija completa, yo seré capaz de descubrir la calidad de las cosas y de definirlas con precisión, ya que todos serán parte de mí. Mientras tanto trabajamos según la cantidad. Pregunta: ¿Cómo podemos medir la calidad? Rav: Se revela sólo en la profundidad del deseo. Pero dado que no tenemos otra opción, la describimos en términos cuantitativos: “125 grados”, “6.000 años”, “600.000 almas” etc.… Nuestro lenguaje egoísta se basa en conceptos cuantitativos sin importar la calidad. En el pasado era importante, pero desde la edad media y algún tiempo antes, comenzamos a desarrollarnos sólo de manera cuantitativa, mientras que la calidad se ha vuelto menos importante.
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