La fe es llamada otorgamiento, la propiedad de Bina, la Luz de Jassadim. Cuando yo estoy en algún grado espiritual, en cualquier estado, expando mi posibilidad de otorgar y amar. A esto se le llama “fe”, la cual comienza a predominar, a prevalecer por sobre la propiedad de recibir, por sobre el egoísmo.
La razón es la Luz que recibimos, la cual llena nuestro deseo egoísta.
Pero la fe es el atributo de otorgamiento, el estado de avance
espiritual. Después de la convención en St.
Petersburgo en 2013, escuché de muchas personas que “esta fue la primera
vez que sentimos que realmente logramos algo”. De hecho, después de
esta convención por primera vez sentimos la unidad, no cada uno por sí
mismo, sino algo común, una masa común que nos unió junto con los
demás, que nos encerró a todos dentro de esta. Además, hemos encontrado
que hay conexión entre lo que sucede en nosotros y lo que estudiamos en
las fuentes primarias (en parte en El Libro de Zóhar, en parte en los artículos de Baal HaSulam y Rabash) acerca de las condiciones de conexión de la persona dentro el grupo, de las condiciones de nuestra unidad. Todo esto se ha vuelto mucho más cercano
a nosotros. Parece que hemos confirmado la exactitud de nuestro
desarrollo. Esto significa que hemos recibido un nuevo conocimiento. ¿Cómo podemos ahora ir en la fe por encima de la razón adquirida?. En este estado, por supuesto, yo puedo
estar feliz de que me he convencido de cuán correcto es mi camino: de
que tengo un maestro que no me engaña, que he disipado mis dudas y
resuelto algunos problemas. Pero caí en el deseo de recibir y obtuve un
poco de Luz en estos deseos. Por un lado, es bueno que haya logrado
esto, así tenía que ser. Nunca debemos dudar de que lo que recibimos y
aquello en lo que estamos es como debe ser, y que lo obtuvimos del
Creador. Ahora surge otra pregunta: ¿Cómo podemos ir más lejos? A continuación, yo tengo que cerrar los
ojos a todo lo que he recibido y avanzar en fe por encima de la razón:
irrumpir al siguiente nivel por el hecho de que no quiero mirar los
conocimientos adquiridos o prestarle atención a todo lo que existe hoy
en mí, como prueba de cuán correcta es la trayectoria. Yo quiero seguir
adelante con los ojos cerrados, sólo en aras del otorgamiento. Esto
significa que no debo pensar que tengo la confirmación de la evidencia
de que estoy avanzando por el camino correcto, o si tengo la confianza
interna de que estoy en el grupo adecuado con el maestro correcto o no. Si avanzamos por medio de la fe, se
trata de condiciones totalmente diferentes, de lo opuesto a la razón. Es
decir, el atributo de otorgamiento es opuesto a la propiedad de
recepción, como la propiedad del Creador es opuesta a la propiedad del
ser creado. Por lo tanto, el siguiente grado que tenemos que cubrir, al
que debemos ascender, se realiza no por medio de la razón ni con nuestra
confianza, sino por el contrario, cuando nos elevemos por encima de
ellas.
En otras palabras, ahora yo quiero avanzar solamente hacia el atributo de otorgamiento,
sin prestarle atención a nada, a pesar de todo lo que he recibido en la
convención, a pesar de la sensación que me dio la confianza, el
fundamento de la vida. Estoy interesado sólo en eso y quiero entrar en
eso.
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