Pero si resulta algún daño, entonces pagarás vida por
vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie,
quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe. Las personas perciben todo aquello sobre lo que escribe la Torá, de manera lineal y egoísta. La Torá habla exclusivamente de la unidad entre las personas y sobre el establecimiento de una imagen general integral llamada Adam (similar al Creador). Cada persona, sin excepción, participa en la creación de esta imagen (Adam).
Lo queramos o no, todos estamos involucrados en la elaboración de este
gigante. Nuestra participación debe corresponder a la instrucción
llamada la Torá (derivada de la palabra Ora’ah, que se traduce
como “la instrucción”). En ella se describen las formas de
autocorrección que ocurren cuando cometemos errores. Como en cualquier
instrucción, hay un capítulo sobre los posibles errores y la forma de
corregirlos. Esto explica por qué las desgracias
mencionadas con ojos, manos, pies y otras lesiones todas están
relacionadas con los vínculos entre las personas que existen en el nivel
de diez Sefirot. Ellas deben reparar cualquier defecto que causaron, dado que “desgracia” significa un daño no intencional. En una caída, si uno intencionalmente,
de manera egoísta y malévola perjudica o inhibe un sistema integral
general o daña un proceso colectivo de corrección, entonces entran en
vigor otras leyes.
Pregunta: ¿Qué quiere decir, “dar vida por vida, ojo por ojo”?
Dr: Laitman Se trata de los niveles de corrección, Nefesh, Ruaj, Neshama, que estamos obligados a reponer. El mundo percibe toda la Torá a nivel
corporal. Las diversas creencias, enseñanzas y dogmas tienen su origen
en la Torá. Esto ha continuado durante miles de años. Si estamos hablando de la implicación
terrenal de la Torá, se nos dice que “no hay esclavos ni amos”. Todos
somos absolutamente iguales ante la ley. Ésta describe una sociedad que nunca ha existido. La corrupción resuelve los problemas en este mundo. Paguen el suficiente dinero y hagan lo que quieran. Si ustedes leen “Las Leyes de Reyes” de
Rambam, verán que hay gran cantidad de restricciones que les fueron
impuestas a los reyes, en comparación con algunas limitaciones para los
plebeyos. En otras palabras, de acuerdo a la Torá, todos somos iguales.
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