Antes de que podamos preguntar, la pregunta desciende desde arriba y entra en nuestra mente y sensaciones. Sólo entonces la sentimos y procedemos a preguntar. El Creador nos responde a través de libros y maestros. Somos completamente controlados desde arriba y todo lo que nos queda por hacer es anularnos. Sólo al anularnos podemos sentir que hicimos algo nosotros mismos y no sólo recibimos del Creador. El anulamiento implica nuestra participación, nuestro libre albedrío. Podríamos no saber cómo hacerlo ni qué hacer, pero con fé por encima del conocimiento elegimos ser parte de una zona neutral por encima de la razón. Si no fuera por esta diminuta, pero muy importante parte, no existiríamos como creación sino que seríamos similares a la naturaleza inanimada, vegetal y animal.
En este mundo se nos dan amigos, la decena, el maestro y el método. Todo junto es llamado mi maestro, es decir aquello que me enlaza con la meta de la creación, el propósito de mi vida.
El concepto de maestro incluye lo siguiente:
Una persona que estudió más tiempo que yo
Un grupo de amigos con el que avanzó,
Un método que nos trasmite el maestro,
Los libros que llegaron a nuestros días a través de muchas generaciones,
El Creador a quien aspiramos en nuestra conexión con los libros y con el maestro.
Todo esto se combina en uno, de manera que al relacionarme de la manera correcta y acumular cierta cantidad de acciones, llegaré a un resultado palpable.
Debo anularme ante el Creador con el fin de avanzar. Esto es cuando el maestro me ayuda a dirigirme no hacia sí mismo, sino hacia el Creador, así como el grupo que me dirige no hacia el grupo, sino hacia el Creador. Por lo tanto, “Israel, la Torá y el Creador” me dirigen hacia la fuerza superior. Puedo anularme ante al Creador al anularme ante el maestro y el grupo que me dirigen hacia Él.
El maestro consiste en dos partes:
Un hombre de este mundo,
El componente espiritual.
No importa qué imagen humana representa el maestro para nosotros en este mundo, porque todo depende de la sociedad en la que vive y en su cultura. Todos somos producto del entorno, no podemos construirnos de forma diferente. Necesitamos descontar nuestra visión y percepción de la imagen exterior de la persona y sólo tomar en cuenta la interior.
Debemos tratarnos de la misma manera en el grupo y en todo el mundo, considerando sólo las cualidades internas, no las externas. Existen muchas personas de varias culturas y nacionalidades entre nosotros. Durante la lección, en la pantalla observo a España, Perú, el Báltico, Odessa, Plovdiv, Moscú, Kiev y Nueva York… Una multitud de ciudades en nuestras pantallas y por supuesto, son personas con diferente mentalidad, varios estándares y panoramas de la vida. Debemos borrar todo eso de nuestra percepción.
No veo esas diferencias, sólo veo su conexión con el Creador. Esta es la parte que busco. Tengo que reunir esas conexiones con el Creador a partir de todos, como si estuviera recolectando frutas. Quiero unirme en su conexión con el Creador, porque ya tienen esta conexión o no estarían estudiando conmigo. Tengo que incrementar mi conexión con el Creador al conectarme con esta cualidad en cada amigo.
Con el fin de lograr esto, son necesarias diez personas. Si existen nueve amigos conmigo como la decena, podemos, de seguro, influir sobre el Creador. Como si tocáramos su timbre y Él abriera la puerta. Pero bajo la condición de que hay diez de nosotros (Minyan), la mínima cantidad que cuenta. Menos de diez no son tomados en cuenta. En espiritualidad, diez es como uno. Esta es la diferencia entre este mundo y el mundo superior, donde sólo es sentida la conexión entre la decena.
Aquí es donde no diferimos uno de otro, en ningún lugar del mundo, no hay diferencia para mí si me uno con España, con Almaty, Nueva York, Kiev, St. Petersburgo o Toronto. Lo principal es tener diez personas y entraremos en contacto con el Creador.
Sin embargo, si no tenemos diez personas, tenemos que buscarlas, debemos despertar a los amigos que se quedaron en casa para la reunión o para participar virtualmente. Esto es lo único que es importante. Hemos construido una red virtual de conexiones en todo el mundo y espero que desarrollemos un mecanismo que nos unirá en un nivel más interno. Con ayuda de esta herramienta regresamos a Babilonia, pero ya en un estado corregido. De parte de nuestra naturaleza la ruptura en Babilonia reina entre nosotros, pero por encima de ello estamos unidos.3
De la lección diaria de Cábala 10/oct/19, “Día de conmemoración de Baal HaSulam”
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