
Los niños tienen que entender que todo cambia siempre en una persona y en el mundo, y lo único que es constante es el enfoque que dice: No hay otra fuerza que pueda ayudar a avanzar a la persona a lo largo de la vida, sino la fuerza que él recibe del entorno. Él no obtiene del ego las fuerzas para avanzar, ni de la influencia de los medios de comunicación masiva, ni de la influencia del ambiente externo, sino sólo del grupo de personas que le dan un sistema específico de valores, la comprensión de la importancia del Creador. Con el fin de alcanzar al Creador, el atributo de otorgamiento, la persona siempre debe avanzar con la fe por encima de la razón, recibiendo de su entorno el deseo, la aspiración y la comprensión de la importancia de esta meta y el sentimiento de preocupación sobre la manera de alcanzar dicho objetivo. En esencia, la persona siempre toma la forma de su entorno, lo cual significa que absorbe su sistema de valores, su concepción del futuro, su propia esencia. En otras palabras, se incluye en la vasija exterior o el deseo, adquiere la cualidad del amor y sale a la unificación de todas las almas, Maljut del Mundo de Atzilut. Sólo por medio de la correcta inclusión de sí mismo en su entorno, puede la persona llegar al Creador. La unidad interna que está presente es debido al hecho de que el Creador eligió a estas personas y las unió entre sí. Esta es Maljut del Mundo de Atzilut, la Shejiná donde una persona encuentra inmediatamente al Creador. Por lo tanto, la nueva generación, nuestros hijos deben interiorizar que esta es exactamente la manera en la que avanzamos. Este es nuestro camino. No hay descensos, sino sólo ascensos. No hay confusión. Todo lo que suceda, es necesario para hacer nuevos discernimientos.
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