
Significa que tomo el “cielo”, Bína, el atributo de otorgamiento sobre mí mismo así que este regirá sobre Máljut, la cualidad de recepción. Máljut está roto. Se rompió en miles de millones de partes y mi trabajo consiste en tomar una parte tras otra y conectarlas con las demás. Se puede decir de otra manera: yo soy parte de Máljut y tengo que conectar todas las otras partes de ella a mí mismo. ¿Cómo hacemos esto? Por ahora conectamos estas partes en nuestro pequeño grupo, las cuales son las partes que tenemos que corregir de acuerdo con el programa de trabajo espiritual. Por ahora tengo que estar con los amigos como un hombre con un corazón para corregir de esta manera la ruptura de un pequeño segmento de Máljut, en el grupo, en mi entorno. Entonces tengo que otorgar al mundo, es decir, a todas las otras partes de Máljut, para que ellas también se unan con el grupo. Así es como corrijo toda Máljut. En esencia, tengo que corregir el mundo, diciéndome que todo esto fue creado para mí. Así es como me inclino a mí mismo y al mundo entero a la justificación. Al corregir mi parte, “inyecto” mi ascenso, mi despertar, mi Luz en todas las almas rotas, desconectadas. Entonces también ellos despiertan y cada uno de ellos a su vez aspira a la unidad con los demás. De allí resulta que una persona trae vida espiritual a todos, volviéndose “justos” o “la fundación del mundo“. Después de todo, él da a todos la fuerza de la Luz.
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