
No te imagines que el Creador esta en algún lugar lejano, en algún mundo lejano, que existe separado de ti. Todo existe sólo dentro de nuestro deseo, todo se revela dentro de nosotros. Sólo nos parece que toda la realidad al nuestro lado, existe en algún lugar en el exterior y se divide en las capas de la naturaleza inanimada, vegetativa, animada, y hablante, que están más cercanas o alejadas de nosotros. Pero todo esto existe dentro de nuestro deseo. Sólo le parece a la persona como si esto no fuera suyo, como si esto fuera ajeno, y esta confusión se le da intencionalmente, como consecuencia de la ruptura. Pero mientras comienza a trabajar en el alcance del otorgamiento, él gradualmente, en la medida de su disposición para otorgar y sacrificar su egoísmo, comienza a sentir esas partes del universo que parecía ser ajenas y externas a él: la naturaleza inanimada, plantas, animales y personas. Evidentemente, todo le pertenece a él, y sólo le parecía a él que esto era ajeno debido a su arruinada percepción. De esta forma el Creador despierta a la persona con Sus invitaciones y punzones en cualquier oportunidad, y la persona se vuelve más sensible a responder al otorgamiento. Lo único que necesita llevar a cabo son las instrucciones con más precisión. Esta es la razón por cual la Torá se llama una “instrucción” (Oraa) para que podamos utilizar todos los medios que se nos dan en este mundo (el maestro, el estudio, y el grupo) y trascenderlo. No importa que uno no entienda lo que está haciendo o que él simplemente lo intente como un niño pequeño que está jugando. Si realmente desea alcanzar la espiritualidad y se prepara para anularse ante el maestro, el grupo, y el estudio con el fin de cambiar con su ayuda y convertirse en barro maleable en sus manos, él comenzará a sentir los cambios que ocurren dentro de él. La persona no sabe de dónde vienen ellos. Los cabalistas dicen que vienen de la Luz Circundante. Sin embargo, no percibimos la Luz Circundante, puesto que no se convierte en Luz interior, y sólo nos fijamos en su influencia por medio de los resultados. De repente comenzamos a entender y a sentir más, llegamos a estar preparados para estar más cerca del otorgamiento, del maestro, y del grupo. Así es como funciona la Luz Circundante, y todo depende de nuestra sensibilidad a los cambios que tenemos que recibir. Tengo que desear que esto pase directamente dentro de mí, dentro de mi deseo, que la imagen del Creador, la imagen del Dador se vista en mí y por mi deseo de recibir placer, adquirir la forma del otorgamiento. Y así alcanzaré la adhesión: sentiré cómo me combino con el Creador en mi interior. Pero me conecto con el Creador y existo dentro de Él, y el Creador existe dentro de mí. Por esta razón se le llama al Creador (Bo, Re) o “ven y mira”.
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