Cuando el Ser Humano descubre la verdadera esencia del Creador y se comporta segun esa naturaleza, de otorgante o dador, ese acercamiento es tan intenso, que se da cuenta que no necesita de su religion, esta permanece solo como parte de su entorno cultural y social en este mundo.
Cuando una persona llega a la revelación de la verdadera naturaleza y revela una visión interior, comienza a ver una realidad más dentro de él, además de la que sentía antes. Percibe esta nueva realidad con mayor intensidad que la actual nuestra, y siente que esta determina lo que ocurre en nuestra realidad. Por lo tanto, llama a esta nueva realidad que él ha revelado, “el mundo superior”. Este es un mundo de fuerzas que se le reveló. Estas fuerzas, que actúan en el interior de su deseo, le traen todo tipo de experiencias e impresiones, que representan diferentes formas e imágenes dentro de él. Pero él no sabe cómo llamar a estas fuerzas, cómo describirlas, y cómo hablar de ellas. Después de todo, si él experimenta una nueva sensación que no tiene conexión con todo el pasado, entonces no tiene claro cómo llamarla. Pero entonces el revela la conexión entre estas nuevas sensaciones y las imágenes que ellas proyectan en la pantalla más baja la cual nos representa este mundo. Él descubre que cada fuerza que él revela, cada sensación en el mundo superior tiene su propio resultado en la imagen que vemos aquí, en el mundo inferior. Es como si cada objeto o acción de este mundo tuviera su propia fuerza que permanece detrás de ella, la cual lo apoya, lo manipula y lo conduce. Él se queda sólo con una manera de explicar el mundo superior, adoptar nombres de este mundo inferior para este propósito. Este lenguaje se llama “el lenguaje de las ramas”. ¡Ahora, la persona que está en la sensación del mundo superior puede hablar de lo que siente! Él tiene los nombres de cada fuerza, de cada acción espiritual, de cada esencia espiritual de acuerdo con los resultados de estas fuerzas que ellas representan, y crean para nosotros en este mundo.
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