¿Qué dejamos a nuestros niños?

Opinión: (M. Kravchuk, U. Krasnov, V. Malinin, terrahumana.ru): Incluso una transición masiva hacia las nuevas tecnologías será raramente efectiva si los usuarios de esta tecnología no cambian su actitud hacia el mundo que los rodea y no aceptan que el mundo en un solo organismo, mientras que ellos son solo parte de este mundo. El hombre rompió el balance general de la circulación de materiales en la naturaleza. La mayoría de las industrias, de la tecnología y de las invenciones creadas durante los últimos trescientos años son unilateralmente dirigidas hacia el consumo y a la destrucción y son perjudiciales al planeta. En sus actividades, el humano moderno se opone a la naturaleza y adquiere el sentimiento de que la ha conquistado y se convierte en el rey de la naturaleza. Pero ella afecta a todo el mundo a través de una retroalimentación establecida. De un año a otro, los líderes políticos del mundo nos imponen su idea de que la civilización moderna no tiene alternativa, y la condición existente es el costo inevitable de nuestra vida confortable. Las autoridades reclaman que ellos proveen al mundo con energía, alimento, empleos, pero ellos pasan por alto el hecho de que el uso de estas tecnologías deja una pequeño oportunidad de supervivencia para los niños y futuras generaciones de estos pueblos. La pregunta es: ¿Quién necesita estas industrias y sus productos si estos ponen en peligro el futuro de la humanidad? Reconocer la crisis global es inútil para los gobiernos y los negocios porque ellos no pueden resolverla.
Mi comentario: Los científicos ven la raíz del problema en la oposición del hombre con respecto a la naturaleza, y la solución de la crisis en reemplazar los instintos egoístas con principios espirituales. Pero el método de implementación aun es dudoso para ellos. Y en su naturaleza, ellos están muy lejos de darse cuenta de esto. La opinión de la comunidad científica mundial debe ser organizada para ser difundida y hacerse más fuerte para influenciar a los gobiernos (hacia arriba) y al pueblo (hacia abajo) para que los gobiernos tomen decisiones en la educación integral y global de la humanidad.