
Imagina un estado al que vale la pena aspirar constantemente, y descríbelo de manera que esta frase te recuerde inmediatamente que percibes la realidad como dividida y rota en diferentes partes sólo porque estás dentro de tu egoísmo. Tan pronto como desechas esta visión a través de tu ego, todas las cosas se convierten en un todo único. Es como si estuvieras observando la realidad a través de una cortina que tiene pequeños agujeros y lo que ves parece estar compuesto de partes separadas. Pero entonces retiras esta cortina de tus ojos y toda la realidad resulta ser una.
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