Muy pronto, encontraremos resistencia en todo el mundo. Hasta ahora, no somos muy llamativos, pero la resistencia está esperándonos en un futuro. Al fin y al cabo, el mundo no entiende que el mal se revela para que nos elevemos encima de este. El mundo simplemente quiere eliminar este mal, mientras que nosotros, por el contrario, tenemos que corregirlo. Como está dicho: “El héroe más grande es quien convierte al que lo odia en su amigo”. Entonces, la serpiente, el ángel de la muerte, se convierte en un ángel santo. Por esta razón debemos tener una actitud creativa hacia todas las dificultades y la oposición, buscando una oportunidad de usarlas para construir otorgamiento y vida eterna. Toda la diferencia entre un mundo roto y uno corregido está en la manera en que usamos nuestro deseo. Sólo necesitamos cambiar la intención de egoísta a altruista. Debemos explicarle esto a todos al mostrarles la esencia de la ruptura o, hablando en lenguaje moderno, la esencia de la crisis. Se trata exclusivamente de la revelación del mal de nuestra naturaleza. Sólo puede ser corregido al elevarse por encima del uso egoísta de los deseos hacia el amor. Este es el único lugar donde tenemos libre albedrío, mientras que las personas no tienen ninguna libertad en todos los otros aspectos. Mientras más consistentes seamos, más seguros y serios estaremos, y más rápido entenderemos que estamos en la guerra del Creador y Amalek que sucede en todas las generaciones. Amalek es la completa esencia del mal, nuestro egoísmo, su verdadera esencia. La guerra sucede en “todas las generaciones”, lo que significa que sucede en cada etapa de nuestra existencia, de una reencarnación a la otra. Es por eso que es muy importante reunir datos científicos acerca de la crisis en todo el mundo. Los científicos no tienen nada que ver con la Cabalá, y nosotros, con los resultados de sus estudios mostramos que el estado de la crisis es esencialmente el resultado del egoísmo humano. Sólo la unidad puede servir como el remedio a esta enfermedad, la unidad de todos nosotros por encima del egoísmo. Usaremos un lenguaje accesible para explicar al mundo la visión cabalística del estado de aflicción y del estado saludable. Entonces, lo único que restará es “prescribir el medicamento”, completar el vínculo de intermediario. Señalar la enfermedad con el signo menos y el estado corregido con el signo más. El problema es que las personas no saben cuál es la solución. Para ellos, el remedio es un gran signo de interrogación.
Hoy en día, ya es claro que nuestro ego es la causa de la enfermedad y que nuestra recuperación está conectada al otorgamiento. Entonces, ¿cuándo seremos capaces de salir de la crisis? Una vez que estemos unidos. Así nuestra meta es alcanzar la garantía mutua de manera que todos estemos fusionados como uno. Sin embargo, el mundo está evitando esta solución porque el egoísmo no desea la unidad. No nos dejará hasta que comencemos a sofocarnos. Debe ser así para llevarnos directamente a la meta: a la necesidad de unirnos. El egoísmo continúa revelándonos su maldad hasta que realmente nos resulte insoportable. Sólo entonces seremos capaces de escapar de nuestro ego hacia la cualidad de otorgamiento y entonces convertiremos el egoísmo real en otorgamiento.
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