Tienes razón. Cuando llegué por primera vez a la Cabalá y vi que utiliza términos incomprensibles para describir algunas relaciones poco claras entre quién sabe qué, yo no entendí qué clase de sabiduría, de sistema de creencias o de religión era esta. Simplemente era algo muy extraño, al igual que la lectura de algo que es totalmente desconocido, como si hubiera encontrado el diario de unos extraños. Entonces, por un largo tiempo, leí y la estudié de memoria y traté que tuviera sentido. Gracias a la estrecha relación con mi maestro y mis actividades de difusión, empecé a comprender al estudiar los lazos que hay entre los objetos que son totalmente desconocidos, yo evoco su influencia sobre mí. Por cierto, esto es bastante común en nuestro mundo: Empezamos a hacer frente a algo que es totalmente desconocido para nosotros, aprendemos acerca de esto y se vuelve claro para nosotros. Después de varios años de estudio, lo mismo me ocurrió a mí: empecé a sentir con mucha más claridad que existo en alguna red de conexiones entre las personas. Ellos sin duda no estaban entre los cuerpos, sino entre sus esencias, entre sus deseos y sus pensamientos. Todos somos parte de esta red: aquellos que vivieron en este mundo, los que viven en él ahora y los que no aún han nacido y ellos existen allí en igualdad, independientemente de sus cuerpos físicos. Todo lo que aprendí en la sabiduría de la Cabalá se convirtió en la explicación de estos lazos, desde los más fuertes hasta los más rotos. Esta me explicó las condiciones bajo las cuales estas relaciones mejoran, de qué cualidad de relaciones depende, las limitaciones de nuestros actos y mucho más. Esta percepción era muy teórica, según la forma de la red de conexiones entre el “yo” de cada individuo. Por cierto, escribí acerca de esta red creada por la fuerza superior, sobre la cual reposan todos los mundos incluyendo el nuestro, en mi primer libro de Cabalá en 1983.
Cuanto más te esfuerces para que la red entre tu “yo” y la de todos los demás “yo” se revele, más fuerte evocas sobre ti mismo la influencia de esta red (la Luz Circundante, la Luz que Reforma, la Luz de la Torá) y esta red, las conexiones mutuas de toda la creación, se hace más y más clara. Por lo tanto, nuestro mundo palidece en contraste con la red superior de fuerzas que lo determina todo. Después, se vuelve más claro cuáles de tus esfuerzos (deseos) evocan ciertas reacciones en la red. Así comienza un movimiento consciente (acción consciente), a través de la correcta inclusión (otorgamiento) en la red. Al alcanzar esta red (el mundo espiritual, estos lazos), empezamos a alcanzar el desarrollo integral de nuestro mundo: el acercamiento a esta red y la revelación propia (del Creador) en ella. Empezamos a entender las razones de la crisis global y su solución, a fin de acelerar nuestra integración en la red en el mundo superior, en los atributos de amor y otorgamiento que gobiernan allí.
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