Primero, tienes que averiguar qué significa, “eliminarse a uno mismo”. ¿Significa dejar de existir? ¿Qué sucederá después? “Yo”: Esta es mi razón, emociones, mente y corazón. Si se me priva de ellos, sólo mi organismo corporal permanecerá ¿Entonces, qué sigue? Mi intelecto y emociones tampoco dependen de mí. Esta es la forma en que crecí y fui criado; fui esculpido de cierta forma: ¿Este soy yo? ¿Esto es lo que realmente soy? ¿Qué puedo eliminar aquí? ¿Dónde está el “yo” que estoy rechazando?
Si no sientes que tienes algo qué cancelar, pero estás trabajando a través del grupo para aferrarte al Creador (como está escrito: “del amor de las criaturas al amor del Creador”), y si descubres rechazo y odio, entonces sabes qué eliminar. Esto es lo que llamamos “yo”, la revelación de la verdadera esencia de este, su resistencia y nula disposición para conectarse con otros. Es la fuerza de la ruptura que se oculta en mí, la misma Reshimó, la información que desciende a mí luego que ocurrió la ruptura. Anteriormente, solía estar conectado con otros; ahora detecto mi anterior conexión y me aseguro de que existe. Dependiendo de si siento la conexión con otros o no, de si aún poseo un deseo de conectarme o no, comienzo a dilucidar mis Reshimot (genes de información) rotas. Mi descubrimiento de que estoy en oposición a otros es la primera revelación del Faraón. Sin embargo, si no aplico un esfuerzo nunca lo discerniré ¿Tal vez aún no estoy en Egipto, o ya estoy ahí pero mis “siete años de abundancia” aún no terminan? Entonces, todavía disfruto de las comidas en común, asambleas de amigos, lugares placenteros y pasar tiempo con mis cariñosos amigos. Cuando terminan los siete años de abundancia, surgen disturbios, problemas, discusiones y desacuerdos, pero la persona se da cuenta de que esto se le ha dado a propósito y no trata de huir de ello. Trata con fuerza de superar su separación, su odio y desprecio hacia lo que lo rodea. En este punto (si la persona no abandona el camino), comienza a caer en cuenta de la importancia de tales condiciones y entiende que no hay opción y esta es la forma en que debe ser. Ahora, se encuentra de frente directamente con el Faraón. Todo se trata de trabajo interno que normalmente no puede ser detectado en el exterior. Es todo un periodo de esfuerzo y de toma de consciencia del hecho de que no hay nada que pueda hacer porque es el Creador quien le revela la fuerza de fragmentación; como está dicho: “Acerquémonos al Faraón, ya que Yo he endurecido su corazón.” El Creador le muestra a la persona cuán débil es y su rechazo hacia amar a su prójimo. En este momento, la persona está dispuesta a hacer cualquier cosa para alcanzar el amor fraternal. Está dispuesta a pasar por todas las “diez plagas egipcias”, a cruzar el Mar Rojo (Yam Sof, Mar Final) y a aceptar la conexión mutua y la responsabilidad para acercarse al poder de la Luz que reforma llamada Torá en pos de la autocorrección y el alcance del amor de los seres creados, porque al hacerlo eventualmente alcanzará el amor del Creador.
¿Puedes imaginar, cuánto soporte y cuidado uno tiene que obtener de su entorno y desde Arriba para no huir con su egoísmo que se está volviendo más fuerte y siempre lo persigue? él debe entender que “el Creador los hizo uno en contra del otro”: existe ya sea “una vara o una serpiente” (otorgamiento o egoísmo) y no hay nada en medio, es uno o el otro.
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