
Nuestra corrección consiste en adquirir una “cabeza”. Esta es toda la diferencia entre la Maljut inicial del mundo del Infinito de la cual se han expandido todos los mundos y la Maljut del mundo del Infinito en su estado final, en el tercero, al que retornamos a medida que completamos la corrección. Toda la diferencia está en esta cabeza porque Maljut del mundo del Infinito está completamente llena de la Luz, tanto en el primero como el tercer estado, sólo es añadida la mente. Un simple deseo, que existía antes, ahora funciona con la intención y hace un cálculo sobre cuánto puede recibir por el bien de otorgar, cuánto puede dar por el bien de otorgar y si no recibir en absoluto o recibir de manera egoísta. Desde la autoridad del Creador todas estas decisiones son pasadas a la criatura, al hombre mismo. Entonces, la persona adquiere la oportunidad de complacer al Creador de la misma manera que el Creador la complace a ella, como un invitado que acepta los tratos del huésped. Por esta razón, alcanza la misma posición, el mismo grado que el Creador. Tenemos que trabajar en nuestra intención en este camino, pero a veces es necesario separarnos de la Luz, el Creador, del Anfitrión, para que Su grandeza y poder absoluto que se extienden a todo el universo, permanezcan ocultos de nosotros, lo cual nos permite mantener nuestra independencia. Incluso cuando me siento libre, como un niño que ha sido dejado solo en la casa de sus padres, yo aun trato de portarme bien, como si el Anfitrión estuviera siempre conmigo. Y esto es a pesar de que mi naturaleza se resiste constantemente, oculta de mí al Anfitrión y lleva en la dirección opuesta. Todo está hecho así para que yo imagine que el Creador está ante mí y por lo tanto, lo estudie y lo revele a Él. Por eso, nuestro mundo es llamado la revelación en el ocultamiento, “Meguilat Ester” (rollos de Ester). Nosotros comenzamos este trabajo la primera vez que empezamos a sentir el deseo de comprender el significado de la vida. A partir de ese momento, yo permanezco confuso y no puedo entender quién soy y por qué existo, dónde voy. Lo primero que tengo que hacer aquí es a calmarse y entender que cada momento estoy en el mejor estado para el avance. Hay todo un sistema de Partzufim, mundos, Sefirot y Reshimot (genes espirituales) que operan arriba, y todo este mecanismo sólo se diseñó para ayudarme. Todos los mundos sólo son creados para que el hombre, para proporcionarle constantemente el mejor estado para el avance hacia la meta de la creación, su perfecto estado. Aquel que acepta esto a priori ya se tiene una actitud diferente hacia todo lo que le sucede a él. Entonces, él deja de quejarse y de ver problemas en todas partes, de estar en desacuerdo con sus estados y con todo lo que le sucede a él y al mundo. Esto sólo atestiguo de su necedad y miopía. Ahora, comienza a buscar cómo, de acuerdo a qué fórmula, con qué actitud, él será capaz de obtener el máximo beneficio de cada estado para el alcance de la meta. Hay ciertas condiciones establecidas de antemano que yo no entiendo porque no estoy familiarizado con todo el sistema. Es por eso que tenemos que aceptar como dado, cada estado en el que yo he terminado con mis deseos, pensamientos, mi corazón y mente, dirigirlos hacia el alcance de la meta. La meta es la adhesión con el Creador, el alcance de la similitud con Él. Es por eso que tengo que tratar de imaginar al Creador en cada estado y ser como Él, tomar el ejemplo de Él como un invitado del anfitrión. Como está escrito: “Yo soy para mi Amado y mi Amado es para mí”. Aquel que entiende su estado, lo acepta como dado y se dirige correctamente para que “Israel, la Torá y el Creador sean uno”, avanza de esta manera. Entonces, encuentra un mentor, los libros, el grupo y la meta. Todo esto está ante él, todos los caminos están abiertos. Este es un proceso gradual, paso a paso, que termina con un gran milagro. Podemos ver el final de todas las correcciones en este, porque todas las correcciones están destinadas a revelar el “corazón de piedra”, el punto que nos separa del Creador, llamado “existencia de la ausencia”. Nosotros somos “ausencia”, mientras que Él existe. Queremos superar esta diferencia, que se llama el alcance de la adhesión. Sin embargo, descubrimos que este es un abismo que no puede ser superado, de igual manera que si uno nace una mujer no puede convertirse en hombre y que si nace negro no puede ser blanco o rojo. No podemos cambiar las cualidades que hemos recibido de la naturaleza. La mayor diferencia de todas las diferencias posibles es la que existe entre “existencia” y “ausencia”. Nosotros revelamos esta diferencia en la forma del corazón de piedra, que se corrige a través de un milagro llamado Purim.
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