
Rav: Creo que estos cambios no deben ocurrir de un día para otro, sino de un momento al otro. Hace un momento yo estaba muy adherido a la meta y anhelaba con mucha intensidad y energía y un momento después es todo lo contrario, como si esto nunca hubiera ocurrido. ¿Qué está pasando? ¿Qué es esta maravilla? ¿En qué medida cambiaron nuestros deseos? No hay ningún problema aquí, esta es la creación. Somos como una pantalla de televisión en la cual se nos muestra lo que vemos y no vemos lo que no se muestran. Yo no soy el que proyecta la película y todo lo que se proyecta no depende de mí. La pregunta es; ¿cómo puedo llegar a ser el que se proyecta la película si yo quiero verla y no a aquel a quien están mostrando? No quiero ser en la vida el que están mostrando en esta película. ¡Quiero otra película!
Pregunta: Pero, ¿puedo proyectar esta película, cómo puedo prepararme correctamente a partir de este momento?
Respuesta: El problema es que yo puedo cambiar mi sensación hacia la película que se me está mostrando sólo si alcanzo su forma real. Se me envían constantemente nuevas Reshimot (recuerdos), señales, imágenes nuevas, que siempre vienen a mí desde el Ein Sof (Infinito). Este es un camino muy largo y mientras tanto, yo respondo a ellas como un animal que anhela buenas sensaciones y escapa de las malas. Si yo no quiero avanzar como un animal, como las imágenes y sensaciones que vienen a mí en las que estoy en este espacio tridimensional que determina mi vida, si quiero avanzar rápidamente y sin problemas, tengo que identificarme con el que proyecta la película para mí. Tengo que conectarme con Él, con Su plan, de acuerdo al proceso, de acuerdo a lo que Él me envía, y entender que lo que Él me manda y lo que veo, son dos cosas opuestas. Hay, por ejemplo, una imagen que tú puedes ver en blanco y negro o en negro, blanco, negativo y positivo. Aquí también tengo que cambiar mi percepción, pero para nosotros no es sólo blanco y negro, sino las formas opuestas en las diversas propiedades de la percepción. Yo tengo que desear percibir la imagen en la forma en la que la ve Aquel que me la envía. La imagen llega a la pantalla tridimensional en la que yo me encuentro, y no puedo sentirla de la manera en la que Él me la representa, en la que Él me la envía. Él me envía una imagen que está llena de bondad y de alegría, puesto que Él es bueno y benévolo, mientras que yo la veo como absolutamente opuesta en mi percepción, en mis deseos y en mis pensamientos. Con el fin de verla en su verdadera forma, yo tengo que cambiar mi percepción, mis atributos y mis deseos hacia lo opuesto. Esto es posible. Yo tengo otra relación con Él, además de esta imagen y a través de la imagen, puedo conectarme con Él. Si tomo como un todo esta imagen, al mundo entero, todo lo que está ante mí, y quiero conectarlo todo y atribuirlo a Aquel que proyecta esta película, yo me conecto con Él y puedo exigirle a Él que cambie mis atributos. Por lo tanto, con la ayuda del mundo, al organizarlo correctamente de acuerdo a este método, yo me conecto con el Creador y Él lleva a cabo este cambio en mí. Entonces veo que la imagen cambia y entiendo lo que tengo que hacer. Lo más importante es aceptar por primera vez este cambio. De ese momento en adelante tú ya sabes cómo proceder, ya tienes una forma de hacerlo, ya tienes el enfoque correcto. Esperemos que seamos capaces de cumplir con esta primera acción.
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