Uno debe ver solidaridad y una buena actitud hacia los demás, por encima del amor propio. De hecho, el trabajo está precisamente en elevarse por encima del ego. En la vida, en general, si yo estoy en desacuerdo con alguien o si no me preocupo por ellos, ni siquiera me doy cuenta que ellos existen. No me importan los compañeros de trabajo, mi relación con ellos no va más allá de un saludo amistoso. A la luz de lo anterior, si queremos escapar de todos los problemas, debemos extender lazos deliberados por encima de nuestro ego. En el nivel de este mundo nosotros realizamos el mismo trabajo que en el espiritual: Empezamos a expresar una actitud ligeramente más cálida hacia los demás. ¿Por qué? Debido a que nuestro deber es establecer una conexión. Después de todo, ahí radica el poder especial que es capaz de mitigar nuestros problemas. Ese debe ser nuestro enfoque: nosotros nos formamos por encima del aislamiento y de la indiferencia, tal vez no por amor, sino en una conexión mutua, para poder sentirnos como una nación. No es casualidad que la crisis esté demoliendo las fronteras y demostrando claramente que todas las personas están interconectadas, como si todos viviéramos en el mismo país. Si combináramos todos nuestros sistemas en un todo único, podríamos elevarnos por encima de la crisis. De ello resulta que yo tengo que encontrar la fuerza y la dirección en mi entorno, el cual debe convencerme sólo de una cosa, de que nuestra unión neutralizará todos los problemas. Todo lo que hoy está cargado de negatividad al instante será positivo, como por arte de magia.
Pregunta: Así que ¿solo estamos hablando de una relación positiva?
Dr: Laitman Si. Esto es suficiente. No me importa nadie más, sino que todos juntos podemos empezar a trabajar en la construcción de una sociedad mejor a través de la conexión entre nosotros, una que esté rebosante de vida, prosperidad y optimismo.
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