Baal HaSulam, “Introducción al Libro del Zóhar“, ítem 69: De lo anterior podemos entender completamente que también la Torá, contiene interioridad y exterioridad, como el mundo entero. Por lo tanto, aquel que se ocupa en la Torá tiene esos dos grados. Cuando uno incrementa su labor en la interioridad de la Torá y en sus secretos, hasta ese punto, hace que la virtud de la interioridad en el mundo, la cual es Israel, se eleve muy por encima de la exterioridad del mundo, la cual es las Naciones del mundo. La persona en nuestro mundo es atraída hacia la sabiduría, hacia una fuente, hacia un llenado que corresponde a su naturaleza. Cada uno tiene sus prioridades: colores especiales, sonidos especiales, o un estilo de vida especial. Nosotros adquirimos muchas de esas preferencias de nuestra familia. En general las personas son diferentes y aun así hay ciertos tipos de caracteres en este espectro. La persona puede estar interesada en la ciencia o en la música, puede ser calmada o activa, reservada o abierta, inclinada al trabajo físico o a la actividad mental, a expresarse de una manera u otra; esos son todos resultados de nuestra diversidad. La persona elige una ocupación adecuada y los medios para tener éxito en la vida, de acuerdo a su naturaleza. Nosotros tampoco somos diferentes. Cada uno de nosotros siguió su propio camino hasta que decidió cambiar sus prioridades en un cierto punto para tratar con algo más. Esto sucedió porque nuestra naturaleza cambió. Por la misma razón existen aquellos que anhelan la Torá externa: el estudio de las fuentes y lo principal para ellos es saber qué dicen ellas. No entran en la interioridad; no tratan de penetrar un mundo que no les es familiar, no siguen las pistas que llevan al Creador, a Sus acciones, a Su revelación. No, la persona lee el texto y no quiere imaginar algo más elevado que este mundo. Cuando los cabalistas hablan de un “robo” ellos entienden que alguien hurtó algo. Los deseos egoístas que roban el fruto de mi trabajo permanecen “fuera de la imagen”. Ellos interpretan “daño” como un daño físico real. “Árboles”, “rocas”, “el Templo”, son todos objetos concretos en nuestro mundo. Existen aquellos que no pueden soportar un enfoque tan superficial y son atraídos hacia lo interno. Eventualmente, cada uno elige con qué quiere ocuparse en un nivel u otro, en un nivel corporal o en un nivel más interno y la profundidad del nivel puede también diferir. En general la Torá externa es realmente opuesta a la Torá interna. Por lo tanto, es imposible juzgar la grandeza de una persona por su atracción hacia la sabiduría de la Cabalá. Simplemente se siente más cómoda aquí; esta es parte de ella. De la misma manera que las personas a las que les gusta dibujar se sienten cómodas en una clase de dibujo. La atracción interna no depende de la persona en sí. En correspondencia, hay personas que son atraídas hacia la Torá externa y esto se debe a que están construidas de esa manera. Es por eso que nuestro mensaje es diferente: Sin importar hacia qué se sienta atraída la persona, aun así le explicamos qué debe hacer al elevarse por encima de su inclinación natural. En realidad Baal HaSulam enfatiza aquí que es la obligación de la persona estar por encima de su inclinación natural, lo cual crea un equilibrio entre su internalidad y su externalidad.
Pregunta: ¿Cómo puedo estar seguro de que estoy desarrollando mi internalidad y no mi externalidad?
Pregunta: ¿Cómo puedo estar seguro de que estoy desarrollando mi internalidad y no mi externalidad?
Dr: Laitman Yo lo siento cuando comienzo a ser considerado con los demás. Sólo yo puedo saberlo. En el exterior todo puede permanecer igual. Es por eso que la sabiduría de la Cabalá es llamada la “Torá Oculta”
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