Tú ves a otras personas a tu alrededor que aparentemente tienen su propio poder y son extrañas para ti.
Pero esta es la forma en la que se te revela tu percepción dividida, la diferencia entre el alma corregida y tú.
El alma corregida siente que no hay mundo externo y que todo está dentro de tú corazón.
Si no puedes sentir de esta manera, es signo de una falta dentro de ti. Entonces, tienes que cuidar de los demás y convencerlos.
Tienes que acercarte a ellos según la mediad en la que te parecen externos.
Tú tratas como extraños a quienes deberías atraer hacia la corrección.
Si lo haces de forma apropiada, entonces te entrenas internamente.
¡Se supone que al llegar a la gente y corregirla, en realidad estás corrigiéndote por dentro y debido a esto ellos están cambiando!.
¿Tú crees que sales y les das conferencias a otros? De hecho, te das la conferencia a ti mismo. ¿Piensas que estás tratando de cambiarlos? Es a ti mismo a quien persuades de cambiar. Tú no puedes acercarte directamente y realizar una corrección en ti.
No tienes poder para esto. Al ver las fallas en los demás, la fuerza del egoísmo te ayuda a corregirlas. Tienes que corregirte a ti mismo de esa forma engañosa.
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