Según las estadísticas, el
90% de las mujeres les transmiten todos sus secretos a sus amigas y el
90% de los hombres les transmiten todos sus secretos a sus esposas. Las mujeres
tienen la necesidad de compartir sus sentimientos más íntimos con una amiga
cercana. ¿Es esto así? ¿O esta situación debe cambiar?
Rav: Nosotros no trabajamos
con este tipo de problemas ni consideramos que sea necesario involucrarnos en
estas áreas de la comunicación y la psicología
humana, porque no nos relacionamos directa ni estrictamente con la integración
de la sociedad.
Las personas se comunican con los demás en la forma en que sea cómodo para
ellas. Al mismo
tiempo, nosotros nunca les imponemos nada a ellas porque la comunicación en
el nivel natural, animal, no nos interesa. Lo que nos interesa es cuánto somos capaces de
elevar a la persona por encima de sí misma hacia la integración con los demás.
Nosotros necesitamos cultivar la sensación de que ellos comienzan a experimentar
en un grupo la sensación integral que ocurre principalmente entre los hombres y
a esto es a lo que tenemos que prestarle atención. Todos los demás asuntos
relacionados con quién comparte con quién y qué comparten en su vida cotidiana,
no nos interesan. Naturalmente los hombres consultan con sus
esposas. Por regla general el marido tiene la necesidad interna de compartir con
su esposa y recibir su aprobación. Él tiene esta necesidad toda su vida
comenzando por su madre. Las mujeres no tienen este estado. Cuando ellas
son jóvenes, tiene una madre y más tarde, sólo una amiga capaz de entenderlas o
de apoyarlas de alguna manera, ellas necesitan un hombro sobre el cual llorar,
porque su marido no las entiendo plenamente.
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