¿Cómo podemos alcanzar el siguiente grado en el camino
hacia la revelación del mundo superior? ¿Cómo entrar en el estado
siguiente y más corregido? Está claro que cada estado siguiente somos nosotros,
pero sólo que más corregidos y por lo tanto, esto sucede cuando retornemos al
Infinito.
Rabash escribe sobre esto en el artículo, “La inclusión de la
cualidad de la misericordia en el juicio”: Es sabido que lo más
importante en el trabajo es la elección, como se nos dice, “Escoge la
vida”. “La vida” es la unión que nos esforzamos por lograr, en otras
palabras, es un retorno a infinito.
Al adherirse a la intención
Lishmá, la persona es honrada con la adhesión a la Fuente de la vida. Y
no hay opción en este manejo obvio. Y esa es la razón por la que el superior
elevó a Maljut, es decir, la propiedad de juicio ante los “ojos”. Así,
surgió el ocultamiento y el inferior observó una carencia en el
superior.
El superior es el grado siguiente. Así que, ¿por
qué hay allí ocultamiento? ¿Qué habría sucedido si estuviera revelado?
Supongamos que ahora yo revelo algo grande,
poderoso y bello. Esto capta por completo mi atención y como un bebé, me aferro
a él, incapaz de dejarlo ir. Sin embargo, con esto, no alcanzo nada.
La gran conquista me cautivó y yo me llené con el
placer de pertenencia, pero nada más. Después de todo, cancelo la brecha que hay
entre lo conquistado y yo, la cual me ha permitido entender lo que está pasando,
qué estoy sintiendo y alcanzando de forma independiente y no “al ser comprado”
por el deleite.
¿Cómo puedo ascender al siguiente grado? ¿Cómo
puedo crecer hasta su altura, en vez de aferrarme a esta masa como un grano de
arena?
Es por ello que el superior no se muestra al
inferior. En otras palabras, nuestro grado siguiente no se nos revela, sino que
emerge en el ocultamiento. Por un lado, éste existe y nosotros nos
relacionamos con él, por el otro, no está revelado. En vez de esto, nos trae
toda clase de fenómenos negativos. Como resultado, yo lo quiero supuestamente, y
al mismo tiempo, no lo quiero tanto. Por ejemplo, yo voy a un concesionario para
comprar un automóvil. Miro a los nuevos modelos. Los quiero y no los quiero
porque el precio es alto. Entonces, empiezo a pensar: “¿Vale la pena o no? ¿Qué
gano si compro o si no compro? ¿Qué es preferible?” A través de esto, yo aprendo algo nuevo. Crezco y
ahora entiendo, siento algo, no se trata sólo de dar el dinero si lo tengo. Es lo mismo con el siguiente grado. Yo quiero
alcanzarlo, y, al mismo tiempo estoy temeroso; al tener problemas, en esta
brecha yo oscilo entre el deseo y la imposibilidad de alcanzar la
espiritualidad y esto me ayuda a crecer.
Después de todo, yo sigo adelante. Tengo que
imaginar el grado siguiente sin comprenderlo, pero ¿por medio de qué? ¿Quién me
ayudará a concebir la idea correcta? ¿Cómo me preparo, “formateo”, yo mismo con
la ayuda de esta imagen con el fin de entrar en él? Todo mi arduo trabajo
consiste en imaginar el siguiente grado en la medida de lo posible y ponerme yo
mismo en el marco que se convierta en el “apoyo” para elevarme hacia él.
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