Las tres condiciones para la
oración, son las condiciones que nos permiten unirnos con el siguiente
grado: GE del inferior con AHP del superior. Ellas
demuestran la lealtad que se requiere del alma y la decepción en las fuerzas
propias, la dedicación al superior, la fe en la grandeza del grado más alto y
la sensación de indignidad propia que le permite a uno cancelarse a sí
mismo.
Esto se refiere a
la fe en la grandeza
del superior, la cual depende totalmente de la influencia del entorno. La
persona es incapaz de alcanzarla por su cuenta. La necesidad del superior sólo
depende del entorno, porque la persona por su cuenta, no es capaz de desarrollar
una necesidad de otorgar. Esta es una meta abstracta que contradice su naturaleza y es por ello que
sólo puede provenir del entorno que gobierna sobre ella. Sólo el entorno
puede darme la fuerza que me permitirá elevarme por encima de mi cuerpo y
decidir que la muerte es mejor que la vida, sin el atributo de otorgamiento, sin
una sensación espiritual, para que yo pueda estar de acuerdo en
otorgar en vez de recibir, ya no seguir deseando vivir en mi egoísmo. La
capacidad de llevar a cabo estas tres condiciones depende de la lealtad de la
persona con su entorno, de la capacidad del entorno para convencerla de estos
valores. Ella es incapaz de
desarrollar esta actitud por su cuenta, aunque de forma mental y lógica
entiende que los libros declaran que esas son las condiciones del mundo
espiritual, ella aun así será incapaz de acercarse a estas. Al entorno se le dio
el poder para influir en nosotros con el fin de ayudarnos a alcanzar el sistema
perfecto, la cualidad de otorgamiento, para ayudarnos a salir de nosotros mismos
y conectarnos con otras almas rotas. Es un hecho conocido
que, al entrar dentro de la muchedumbre equivocada, un niño que antes era bueno
y bien educado, en poco tiempo se convierte en un criminal, e incluso llega a
ser el peor de todos ellos, puesto que utiliza la educación que ha recibido para
lo el peor. Por el contrario, un buen entorno puede corregir a un delincuente,
aunque esto es más difícil de hacer. Lo que tiene de
especial un entorno que se esfuerza por alcanzar una meta espiritual y la
conexión, es que la Luz de un grado más elevado es lo que ayuda. Ésta realiza la
acción real de elevarnos del plano en el que ahora existimos. Nosotros deseamos
conectarnos con el fin de volvernos como el grado más alto y es por eso que
atraemos la Luz que Reforma. La similitud con un grado más elevado representa
una gran conexión entre nosotros, cuando queremos conectarnos con el
propósito de complacer al Creador, de materializar su deseo de revelarse a las
criaturas, nuestra conexión recibe un poder sobrenatural desde el grado más
alto. Este poder depende
de nuestro esfuerzo por conectarnos a pesar de que no ser capaces de alcanzarlo.
En la vida normal es muy fácil conectarse en aras de un objetivo egoísta. Hay
absoluta unidad y lealtad en una mafia criminal, pero nosotros somos incapaces
de lograr esto, por supuesto, no seremos capaces de hacerlo hasta que la Luz
nos corrija. Sin embargo,
nosotros atraemos la Luz que Reforma con solo un deseo de alcanzar esto. El
grupo se convierte en la fuente de la fuerza superior que tiene un efecto
indirecto en forma de Luz Circundante. Esta aun no es la Luz Directa de un grado
espiritual, pero, cada vez que la Luz Circundante influye en nosotros, en
respuesta a nuestros intentos de conexión, esta nos ayuda poco a poco a
construir gradualmente nuestra conexión. De esta manera, a
través de nuestros esfuerzos mutuos cuando operamos desde abajo y la Luz
funciona desde arriba, nosotros alcanzamos finalmente el primer contacto con Él.
Esta Luz se inviste en nuestra vasija, nosotros revelamos nuestro primer grado
espiritual.
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