Dr: Laitman Los talleres nos
permiten aclarar los tipos de conexiones entre nosotros.
Pregunta: ¿Descubro yo realmente
una falta de
conexión con los amigos o es al contrario?
Dr: Laitman
Ambas. A través de las preguntas en el taller, yo aclaro dónde
estoy y qué me falta para alcanzar lo que deseo. Junto con otros nueve amigos, empiezo a
aclarar la pregunta que se nos hizo y a penetrar en las opiniones y pensamientos
de ellos, así como lo que ellos piensan sobre el mismo tipo de conexión o el
tipo de aclaración. A través de eso, yo ya estoy en contacto con ellos. Yo ya
veo hasta qué punto nos “conectamos”. Todos nosotros somos diferentes, y en los
talleres aclaramos cómo debemos conectarnos. ¿Es esto posible? ¿Con quién puedo
conectarme? ¿Estoy de acuerdo o en desacuerdo? Yo construyo constantemente las formas de
conexión entre nosotros. Esto es el taller y él ya aclara y revela esta red
colectiva. Por lo tanto, tengo una doble tarea:
- Por un lado, tengo que ver a los amigos tan grandes como para poder bajar la cabeza ante ellos y ser pequeño entre ellos. En comparación con ellos, yo soy un cero, mientras que todos ellos son el número uno con varios ceros después de éste. Entonces, en consecuencia, yo soy incorporado en ellos y me convierto en un “embrión espiritual”.
- Por otro lado, yo debo ser el uno, o el diez, o el cien y ellos deben ser los ceros. Sin embargo, los “ceros” en este contexto significan cuanto puedo otorgarles a ellos y qué tipo de ayuda y apoyo pueda darles. Así que, se crea una línea media entre estos dos extremos que los iguala (= • =). Por lo tanto, se crea el punto de equilibrio en el cual alcanzamos un terreno común. Cada uno respeta a los demás tanto como pueda, cada uno se humilla ante los demás tanto como le sea posible y, al mismo tiempo, está dispuesto a elevar la meta y el trabajo ante los ojos de ellos.
Todo esto está en nuestros pensamientos cuando yo
estoy con los amigos, y cuando discutimos las preguntas en el taller. Yo los
oigo y me parece que alguno habla palabras sin sentido, el otro no entendió la
pregunta y el tercero habla de manera lógica en vez de hacerlo emocionalmente.
El cuarto parece ir al punto, pero me molesta el hecho de que sus palabras sean
más profundas y más sabias que las mías. Por lo tanto, yo empiezo a trabajar mutuamente
con los amigos y a experimentar diferentes estados, y eso es grandioso. Sólo
necesitamos tomar en serio lo que está pasando. “Yo he venido aquí con el fin de
conectarme para transmitirles mi energía y recibir el poder de todos. Esta hora
y media es el tiempo más beneficioso para mí”. Por supuesto, yo veo cómo los pensamientos
extraños me arrojan en diferentes direcciones y cómo mi resistencia interior no
me permite estar de acuerdo con los amigos. ¡Maravilloso! No encontraré una
oportunidad para aclaraciones más intensivas y para trabajar en una mayor
“frecuencia”. Es una lástima que durante los talleres haya
quienes intercambian palabras como políticos, otros que utilizan distintas
expresiones del banco de datos que tienen en su memoria, y que otros se vuelvan
psicólogos y analistas. Lo más importante aquí, es la sensación que yo
experimento en mi corazón. Debemos aprender del ansia interminable del ego
puesto que esta es una “ayuda idónea”. Nuestro ego es un “ángel” en las manos
del Creador a través de la cual Él nos evoca. Por lo tanto, yo tengo que ver
cómo el Creador no me deja ni un momento de descanso y cómo Él evoca mi ego una
y otra vez de diferentes maneras para permitirme avanzar tan rápido como sea
posible. Los talleres son el momento más útil, pero, si
comenzamos a hacerlos todos los días, la asistencia se reducirá de inmediato,
se convertirán en una carga, en trabajo duro. Podemos pensar que es una buena
idea continuar la convención durante una semana o dos, o un mes o dos, hasta que
tengamos éxito, hasta que nos elevemos al nivel espiritual, pero somos débiles.
Podemos sostenernos durante un día o dos, pero no más que eso.
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