Aparentemente, estos dos mundos permanecen uno encima del otro; el mundo
de abajo se encuentra en el deseo de recibir en el que yo siento el
mal. Después de eso, yo construyo una buena relación con el Creador,
a pesar de la sensación desagradable. Entonces la sensación del mundo
superior que construí dentro de mi relación con el Creador, la sensación
de la conexión con Él, comienza a dominar la sensación de oscuridad, el
mal, el vacío en el deseo de recibir hasta tal punto que este vacío
se vuelve deseable mí. Cada vez descubro deseo de recibir mayor
y la sensación en él, es cada vez menos agradable, entonces, por encima
de esto yo construyo de inmediato una mejor relación con el Creador. Así ocurre hasta que descubra toda mi Maljut, todo el inmenso deseo de recibir, y por encima de él puedo crear una relación con el Creador, con el Bien que hace el bien. Dado que mi deseo egoísta se vacía todo el tiempo, de allí se desprende que yo construyo el nivel de Bina, Jafetz Jesed
(la Misericordia Deseada). Yo no necesito nada para mi ego, no necesito
ni siquiera una camisa. Yo no necesito nada, ninguna cubierta para mi
deseo de recibir, me he quedado desnudo de todo, y por encima de todo
esto, construyo mi buena relación con el Creador. Esto es llamado el
nivel de Bina, Jassadim (caridad). Después de esto, empiezo a recibir
todo tipo de delicias en este deseo vacío. Es como si yo regresara el
sufrimiento por el que ya había pasado y construyo sobre él un nivel de
otorgamiento al Creador, una buena relación con Él, en la que descubro
mis deseos vacíos. Ahora trabajo con estos deseos con la intención de
otorgar. Todo el mal que sentí entonces, sobre el que he construido una
buena relación con el Creador, ahora se transforma en bondad. Yo entiendo que desde el principio el
Creador me envió solo bondad, pero lo sentí como mal, porque lo recibí
con la intención equivocada como un niño que no escucha a su madre y
grita que ella es mala. La madre hace todo por su bien, pero él percibe
esto como malo ya que no sabe, no entiende ni se identifica con la
intención de ella. Lo mismo nos ocurre, como los niños que
crecen, se vuelven sabios, nosotros comenzamos a aceptar una buena
relación con el Creador y a sentir gran deleite en esta, porque Su amor ahora se nos revela. Pero debemos transformar esta relación en amor por Él. Estos estados son muy difíciles y demandan un gran esfuerzo, un nivel de fe completa en el que la Luz de Jassadim se llena con la iluminación de Jojma y empezamos a trabajar con los 613 deseos de recibir del AHP. Este proceso por el cual estamos pasando ahora ha sido descrito específicamente en el “Cantar de los Cantares” (2:3): Yo me deleito y me siento bajo Su sombra y Su fruto es dulce a mi paladar.
Nosotros recibimos sólo dulces frutos del Creador, los frutos del Árbol
de Vida, y después de eso todo depende de cómo percibamos este regalo. Así que sintamos que incluso ahora nos
encontramos bajo la buena supervisión del Creador y con la ayuda del
entorno, debemos verlo a Él como el Bien Quién hace el bien en cada
momento. Si llegan momentos que no atribuimos al Creador y somos
separados de Él, entonces no creemos que todo provenga del Creador; esto
está prohibido. En primer lugar, es necesario relacionar con Él todo lo
que sucede, no existe nadie más aparte de Él. Después de que yo le
atribuyo todo al Creador y entiendo que todo proviene de Él, entonces es
necesario trabajar en la sensación de que Él siempre es el Bien Quien
hace el bien tanto para los buenos como para los malos.
En otras palabras, todos los
pensamientos que tenemos, los cuales son buenos o malos no le importan a
Él. El Creador siempre se relaciona con nosotros con el bien; sin
importar cuál sea la situación. Pero nosotros tenemos que trabajar en
nuestra percepción hasta que descubramos Su bien dentro de nosotros.
Entonces todos los exilios, el vacío, los asesinatos, el Holocausto,
todos los desastres que hemos atravesado, serán transformadas gracias a
nuestra intención. No importa por qué les sobrevino a
algunas personas toda la amargura y el sufrimiento o los acontecimientos
accidentales supuestamente ocurridos. Todo debe ser atribuido al
Creador y debemos sentirlo como si se tratara de los mejores eventos de
nuestras vidas. Después de todo, este fue el resultado de Su ayuda
intencional, de la relación correcta con nosotros desde el principio de
la creación hasta su final. Esto es llamado el trabajo correcto con las
sombras.
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