No sabemos de antemano
quien tiene un punto en el corazón y quién no. Los deseos espirituales
aparecerán gradualmente por todos los medios. Es muy posible que en
algún momento estos deseos puedan dejar de evolucionar y la persona
abandone el camino. Tenemos que apoyar a aquellos que se
“accidentan”. Tenemos que ayudar y fortalecer a aquellos que necesitan
de nuestro cuidado. El grupo debe pensar constantemente en estas
situaciones y mantenerlos a todos en su nivel máximo más elevado. El
grupo debe sentir constantemente si se encuentra en el estado de
integración absoluta o no. En la actualidad, tenemos la sensación de un
deseo disuelto y de una intención enfocada, y todo lo demás sobra. Este
estado debe ser constante. Esto puede dar lugar a todo tipo de
peleas y malos entendidos sobre el nivel cotidiano con respecto a la
forma en que publicamos un libro, un periódico, etc., con cualquier cosa
que no esté directamente relacionada con la espiritualidad. Las cosas
que no son parte del camino espiritual no están sujetas a las leyes
espirituales. Podemos discutir, pelear y no estar de acuerdo unos con
otros, pero aun así hagamos todo lo que esté en nuestro poder para
separar estas situaciones de nuestras relaciones internas del grupo. Esto es similar a una madre que reprende
y castiga a su hijo a pesar de que ella lo ama en lo más profundo de su
corazón. Para ella es de vital importancia cuidar de su hijo. Nosotros
debemos seguir este ejemplo, porque en este mundo este es el único
modelo claro para todos. Cada uno de nosotros tiene que pensar
constantemente cómo puede crear, como miembro del grupo, las condiciones
óptimas para garantizar al máximo el desarrollo de los demás y florecen
en cada momento. A veces ocurren caídas que detonan celos, resentimiento, pensamientos negativos, y una actitud de crítica entre amigos.
Esto es muy bueno ya que nos da algo en
qué trabajar. Uno tiene que evaluar correctamente las acciones de uno.
El grupo tiene que crear el entorno que promueva los análisis inmediatos
de la actitud de uno hacia los demás y su corrección adecuada y
oportuna, de tal manera que uno regrese al grupo en un nuevo nivel de
unidad.
Tenemos que trabajar muy seriamente con
nuestra intención; esta tiene que estar dirigida hacia el grupo en su
conjunto, dirigida a nuestra unanimidad colectiva y a la creación de una
atmósfera que los mantenga a todo el mundo a flote. De lo contrario,
nada funcionará. Se trata de una tensión constante y, sin embargo
benévola. Nuestro deseo de tener este tipo de tensión es tan fuerte que
fácilmente se acostumbra a ella y no consideraremos que sea gravosa en
absoluto. Esta no debería molestarlos. ¡No los agotará! Por el
contrario, promoverá su vida espiritual.
Al mismo tiempo, cuando estudiamos y
profundizamos en el material que aprendemos juntos, el grupo se
convierte en un todo y por lo tanto crece. Así es como avanzan todos,
paso a paso. Individualmente, cada amigo siente que él es una parte
interna del grupo como un feto en el cuerpo de la madre; cada uno ve el
grupo en su nuevo nivel y continúa considerando que los amigos son más
elevados y mejores que él y experimenta unos celos buenos hacia los
otros. Se trata de un tipo de envidia positivo, ya que lo empuja a uno a
conectarse con los demás.
La persona comienza a entender que el
alcance de un nivel superior en general es muy fácil: hay algo a lo que
uno puede aferrarse, un lugar donde uno puede estar rodeado y donde uno
puede disolverse. Este proceso sucede sin esfuerzo. Todo lo que
necesitamos es sintonizarnos con él y estar en el entorno que apoye esta
disposición. ¡Eso es todo! Esto es suficiente para introducirnos en el
flujo.
Posteriormente, entramos en la conexión que se manifiesta como las Sefirot,
como todo tipo de vínculos entre numerosas cualidades, y se vuelve más
precisa y profunda. Hay 10 propiedades principales. Además de la 10
Sefirot principales, éstas también son privadas, Sefirot individuales, es decir, cada una de las 10 Sefirot contiene un nuevo conjunto de 10 Sefirot, etc. Sin embargo, necesitamos sólo las primeras 10 Sefirot. Nosotros tenemos que empezar a sentirlas primero.
La conexión entre nosotros se convierte
en una fuerza que nos permite otorgar. Cuando alcanzamos esta conexión,
comenzamos a sentirla como un todo a pesar de que está compuesta por
fuerzas totalmente diferentes que se oponen entre sí: Jesed, Guevura, Tifferet, Netzaj, Hod y Yesod.
Estas son muy opuestas entre sí en amor y odio, celos y bondad. Así que
cuando las conectamos, obtenemos exactamente la masa que revela estados
espirituales. Revelamos la espiritualidad en esta masa.
Un grupo tiene que relacionarse con cada
uno de sus miembros como una madre con su hijo para que cada amigo se
desarrolle correctamente, tenga el estado de ánimo y la actitud
correctos y se prepare para el crecimiento espiritual en vez de estar en
un estado estático. Cada nuevo día no puede ser similar al de ayer.
Es por eso que tenemos que examinarnos a
nosotros mismos y analizar nuestros estados internos. Si yo no veo en
qué trabajar hoy, quiere decir que no trabajé ayer. También significa
que no surge en mí un nuevo prerrequisito para mi corrección. Nuestro
crecimiento está basado en una corrección gradual y acumulativa de
problemas que surgen en medio de nosotros en el grupo, en la conexión
entre nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.