El le dijo a Aarón: “Trae tú mismo un becerro como
ofrenda por el pecado y un carnero como holocausto, [ambos] sin
mancha, llevarlos ante la presencia del Señor”. La persona tiene que tomar dos de sus
deseos (un becerro y un carnero) y purificarlos de la intención egoísta,
es decir elevar su deseo hasta el uso adecuado: desde el lugar más bajo
y más pecaminoso hacia arriba, hacia la Luz.“ A los hijos de Israel, tú les
hablarás, diciendo: “Tomen un macho cabrío como ofrenda por el pecado; y
un becerro y un cordero, [ambos] en su primer año y [ambos] sin mancha,
como un holocausto, un buey y un carnero como ofrendas de paz, para
sacrificarlos ante el Señor, una ofrenda mezclada con aceite, porque
hoy el Señor aparece ante ustedes”. Si la persona no trae una ofrenda, el
Creador no se revelará. Para hacerlo, primero debe prepararlo todo: el
día, el lugar y la hora. En segundo lugar, el traerla y ofrendarla no
deben hacerlo las naciones del mundo, ni los hijos de Israel, ni los
levitas, ni siquiera Moisés, sino sólo los Cohanim (sacerdotes) de los Cohanim, sólo Aarón. Todo tiene que estar listo en la forma
exacta en que Moisés dijo. Preparar significa elegir de sus deseos, un
lugar y tiempo. Esto significa que el movimiento, el tiempo, el deseo y
la intención de que todos deben proporcionar finalmente un deseo
corregido con el fin de otorgar, de conectarse con los demás. Es decir
que allí debe existir el atributo de Aarón en cada persona que toma un
cierto deseo (un becerro o un carnero) lo mata de manera determinada,
se prepara de una manera determinada y luego se lo sirve al Creador
para que Él pueda saborearlo. El ascenso de los deseos a fin de amar y
otorgar es descrito de esta manera alegórica. Esto se debe a que en
nuestro mundo no hay otras palabras para describir el ascenso de los
deseos de otorgamiento a la sociedad y con ello hasta el Creador. Al
mismo tiempo, la sensación del Creador desciende tanto a la sociedad
como a la persona misma que está realizando el papel de Aarón.
Pregunta: ¡La Torá ofrece muchos detalles! Por ejemplo, un becerro y un cordero ambos de un año y sin defecto, etc
Dr: Laitman Cuando ustedes empiezan a trabajar les faltan estos detalles. Así que en primer lugar está la Mishná (conjunto de leyes) que les dice exactamente cómo llevar a cabo estas acciones. Luego, la Mishná
se vuelve incomprensible, ya que el ego crece y se vuelve poco claro
cómo debemos trabajar con él. Si la persona sabía qué hacer con un kilo
de su ego, qué cortar y qué pesar, entonces ahora su ego crece hasta
cien kilos. Hay nuevas opciones ahora: la avaricia, la envidia, la
lujuria, etc. y se hace poco claro cómo pelar la ofrenda, qué parte de
ella puede utilizarse o no y cómo prepararla. Es cuando surge el
problema con el cumplimiento de estas reglas, que aparece el Talmud de
Babilonia (enseñanza). Todo comienza a partir de la Torá, pero como el ego crece, existe la creciente necesidad de los comentarios de la Mishná y cuando el ego crece hasta que llega a ser incontrolable, aparece el Talmud. Entonces la gente no tiene otra opción que estudiarlo simplemente. Este estado es llamado exilio (Galut
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