La sensación del tiempo es simplemente un fenómeno psicológico. Dado
que vivimos en un mundo que se mueve a tan alta velocidad con cambios
constantes, parece que el tiempo vuela y se acaba muy pronto. El
problema no es el tiempo en sí, sino nuestro deseo de recibir que pasa
internamente por cambios muy rápidos. El deseo cambia constantemente, de
acuerdo a su programa interno y entonces la persona siente como si todo a
su alrededor cambiara y siente que el tiempo vuela. En realidad, no
obstante, nada se mueve en el exterior excepto el deseo mismo, el cual
desarrolla una aceleración.
Después de todo, pasamos por un
desarrollo emocional en nuestro deseo de disfrutar con el fin de llegar a
su llenado definitivo, la percepción correcta de quiénes somos y qué es
este deseo. En este deseo descubriremos la realidad superior que está
por encima de este. Esto significa que el tiempo es una
colección de impresiones que cambian dentro de nuestro deseo de
disfrutar, las cuales crean la sensación del tiempo que tenemos, que el
tiempo vuela o que el tiempo no se mueve: pasado, presente y futuro,
pero el tiempo en sí no existe. El concepto de tiempo es un resultado de
los cambios que tienen lugar dentro de nuestro deseo. Mientras nos desarrollamos cada vez más,
son invocados en nosotros deseos de disfrutar algo nuevo y esos deseos
son cada vez más fuertes y cambian a un ritmo creciente y entonces
sentimos que el tiempo vuela, cada vez más rápido. Si comparamos nuestra vida con la vida
en la edad media, hace 500 o 1000 años, parecerá que el tiempo apenas
avanzaba entonces. Nada cambiaba de la mañana a la noche y entonces un
día seguía al otro y una semana seguía a la otra y un mes seguía al
otro. Si comparamos la vida de un hombre moderno que tiene 70 u 80 años
con la edad media, en la que vivían entre 30 y 35 años, los 30 años en
la edad media parecerían más largos que los 80 de hoy. Al fin de cuentas, todo se movía muy
lentamente en la edad media, sin que apenas hubiera cambios. La vida
entera de una persona pasaba al ritmo de un caballo o de un burro,
mientras que hoy va la velocidad de un misil o un aeroplano. Esta es la
razón por la que nuestra vida está llena de una variedad de fenómenos y
el tiempo vuela relativamente rápido. Más aun, nuestra percepción ha cambiado.
Hace trescientos años yo hubiera tenido que planear un viaje de 100
millas durante mucho tiempo y pensar dónde quedarme durante las noches,
cómo alimentar a mi burro, qué comer yo, cómo llegar ahí y cómo
regresar. La sensación de vida y el eje del tiempo eran totalmente
diferentes. La psicología humana, la percepción del tiempo y el
movimiento, los lugares y la vida eran muy diferentes. La persona entonces no sentía el tiempo
de la manera en que nosotros lo hacemos. Ella medía el tiempo en
relación a su burro, el cual determinaba la velocidad. Hoy, sin embargo,
medimos el tiempo de acuerdo a un reloj atómico que cuenta hasta una
millonésima de segundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.