
¿Por qué la fuerza unificada de la naturaleza, la cual llamamos el Creador que nos creo, se desarrolla de una forma tan peculiar, manteniéndonos completamente perdidos en nuestros pensamientos y deseos? ¿Por qué y con que propósito Él nos dio la falsa ilusión de esta realidad y continua enredándonos tanto que, como a los niños pequeños, nos mantiene corriendo de arriba para abajo buscando placeres, tratando de agarrar más y más? ¿Qué alcanzamos en todo este desorden? Específicamente al tratar de reconocer una fuerza causativa, una fuente, en esta confusión, nosotros nos hacemos mismos similares a esta fuerza. Fuera de los 613 deseos, 613 pensamientos e incontables variedades de predicamentos, nos construimos como un todo. Por lo tanto, todo el propósito de nuestro trabajo espiritual es alcanzar la unidad, la garantía mutual, volvernos “como un hombre en un corazón”, y unificarnos en un deseo, una vasija espiritual. Nosotros lo estamos haciendo para traernos más cerca de la adhesión con la fuerza única, unida, el Creador, cuando todos nosotros, como un todo y el Creador nos fundamos juntos. Baal HaSulam escribe acerca de esto en su bien conocido artículo, “No existe nadie más que Él”. Está escrito, “No existe nadie más que Él. Esto significa que no existe ninguna otra fuerza en el mundo que tenga la habilidad de hacer algo contra Él. Y lo que el hombre ve, que hay cosas en el mundo que niegan Su poder Absoluto, la razón es que esta es Su voluntad [mostrarse a Sí mismo en tal condición separada, como si existieran Él y las fuerzas en Su contra]. Por esto, se nos da una oportunidad para ganar poder y recrearnos, mientras vencemos la confusión que nos hace dudar de la fuerza, del Creador y tratar contantemente de encontrarlo solo a Él en la imagen presentada ante nosotros. Esto es lo que nuestro trabajo implica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.