
Y luego dijo que aún no era suficiente. Con el fin de alcanzar una conexión, era necesario un ataque. Así sucedió durante la salida de Egipto. El pueblo se unió y luego escaparon. No es posible salir sin una conexión. Así también fue anteriormente, cuando el pueblo de Israel suspiraba por el trabajo duro en las tiendas de las ciudades de Pitóm y Ramsés y lloraban juntos al Creador, sintiendo que no tendrían éxito. Y también fue así en la partición del Mar Rojo cuando sintieron que las tropas del Faraón se les acercaban por la espalda y por delante estaba el Mar Rojo bloqueando el camino. Y cuando estaban al pié del Monte Sinaí, de un lado las mujeres empujando (y está escrito que el pueblo salió de Egipto gracias a las mujeres justas que ejercían presión sobre los hombres) y desde el otro lado el Creador puso una condición: o se conectan o éste será el lugar de su entierro. Vemos que las condiciones que se revelan aquí no son en absoluto simples. Son como los dolores de parto. Sólo si aceptamos estas condiciones naceremos realmente al nuevo mundo.
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