
Rav: Tenemos que liberarlos de todas sus ilusiones. Posiblemente, van a ir y a entregar regalos en los hospitales o a distribuir donaciones para los necesitados. No podemos pararlos, pero lo más importante es que entiendan que la corrección viene desde adentro. No son sus acciones externas las que tienen que cambiar, su estado interior es el que debe ser alterado. Descubrimos el mal en el mundo no con el fin de corregirlo, sino a fin de transformarnos a nosotros mismos. Entonces, el mal desaparecerá. El mal sirve como indicador de nuestro cambio interno. Ese es un enfoque muy diferente. Es como cambiar tu percepción a un nuevo nivel. Tú tienes que invertirte de adelante hacia atrás. Siempre he buscado maneras para cambiar el mundo, para construir más sistemas de apoyo y ampliar la caridad, para crear mejores sistemas de asistencia, y para mejorar nuestra sociedad. Yo quería que mis hijos fueran capaces de caminar en la noche sin ser atacados y ayudar a los ancianos ya que voy a estar en ese estado algún día. Sin embargo, todas estas cosas no tienen la intención de corregir nuestra naturaleza, sino que sirven para mejorar la imagen del mundo exterior, que yo quería endulzar. Ahora, vemos una situación opuesta. Todas las protestas en numerosos países son totalmente inútiles, a pesar de que entiendo por qué están sucediendo. La verdadera razón de la protesta no es lo que los oligarcas hicieron, sino que las condiciones externas del mundo han cambiado. El mundo se ha vuelto global y esa es la esencia de la crisis. También en el pasado se crearon burbujas financieras y además los gobiernos hacen esto hoy, porque no tienen otra solución. ¿Qué otra cosa pueden hacer? Ellos están en una trampa. La solución real que aun no ven es el cambio interno de la persona. Es muy difícil discernir esta solución y es aún más difícil creer que es realista. Es cierto que si fuéramos mejores, si nos hubiéramos permanecido más conectados y unidos en el pensamiento, entonces, por supuesto, no habríamos contaminado la tierra, el aire y haríamos las cosas bien. Todo eso es cierto, pero somos incapaces de hacerlo. La naturaleza no está empujándonos lo suficiente todavía, aunque según los últimos datos, estamos acabando con la Tierra. Sin embargo, esto no parece estar haciendo mella en nosotros. Sabemos que todavía no está sucediendo hoy. Usamos las organizaciones internacionales sólo con fines egoístas. En general, si las Naciones Unidas toman una decisión con respecto a algún país, es bastante fácil hacer que este país cumpla. En este mundo global, tú cierras sus grifos de importaciones y exportaciones, detienes los flujos financieros y aquí vamos, el “paciente” comienza a sofocarse. Así que, ¿por qué somos incapaces de organizar correctamente el mundo? Tenemos la capacidad y poseemos tales fuerzas. Sin embargo, todavía no hemos sufrido lo suficiente y después de cada aflicción, volvemos a nuestros viejos patrones de comportamiento.
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