El objetivo de la porción sicológica del curso de educación integral es enseñar a las personas a comunicarse entre sí, a escucharse mutuamente y a desarrollar un contacto significativo y profundo entre ellas ¿Cómo puede hacerse esto?
Respuesta: Necesitamos entender lo que son los contactos interpersonales. Se dice que no es una familia si no hay hijos ¿Para qué viven las personas? Supongan que hoy una pareja se gustan físicamente, están satisfechos el uno con el otro de forma fisiológica, se sienten cómodos juntos. Cómodos por ahora. Un hijo es una especie de terreno neutral, algo en común que los une. Cuando la persona trata de establecer un contacto con alguien más, él o ella debe ver claramente lo que tienen en común el uno con el otro, qué los ata el uno al otro. No es sólo una especie de confluencia, sino un terreno emocional, fisiológico, físico, social y cultural en común en el que no simplemente se tocan sino es como si hubiera una superposición de uno sobre el otro. Cada individuo representa un “círculo”, y el grado en que él o ella puedan superponerse con el “círculo” de otra persona define su habilidad de establecer un contacto profundo y multidimensional. Primero y antes que nada, necesitamos entender que en nuestra época, el contacto entre dos personas es tal que sus círculos individuales no se tocan porque su egoísmo ha crecido hasta su estado final, y lo que abarca mi círculo no se ajusta dentro de ningún otro círculo. Me siento tan excepcional, una personalidad, un egoísta, que no puedo percibir a otro como un individuo que tiene sus propios intereses y necesidades. Para mí, otra persona es sólo un objeto de consumo. Si eso me interesa, entro en contacto con él, pero no lo trato como una persona, como un individuo con su propio mundo interno y círculo de intereses, sino que interactúo con él como un consumidor con una fuente de placer y nada más. Y así es como nos comunicamos. Es conveniente de esta manera: Todos tienen su teléfono celular, computadora, y correo electrónico. Nos ocultamos detrás de ellos y así enmascaramos nuestra absoluta separación uno del otro. Vemos cómo desaparecen gradualmente las diferentes comunidades y nos ocultamos detrás de nuestros monitores, aparentemente socializando, mientras inventamos nuevas normas o reglas para nosotros. Pero todo esto sucede virtualmente, sin entrar en contacto emocionalmente con otros círculos. Inventamos un nuevo idioma, ocultándonos detrás de otras formas, otras cáscaras, presentándonos online de forma completamente diferente a la que somos en realidad, usamos emoticones en lugar de nuestro propio rostro, o nos registramos con diferentes nombres. En otras palabras, las personas están jugando sin revelarse bajo ninguna circunstancia. Y el egoísmo va de la mano con esto, se siente bien y se siente cómodo. Nuestra tarea principal es revelar si las personas tienen algo en común y no sólo dos personas, sino todos. Esto porque estamos hablando acerca de una sociedad integral hacia la cual nos está empujando la naturaleza, ya sea a través de sufrimiento o mediante nuestra toma de consciencia voluntaria e impulso hacia ese brillante estado de la humanidad. Es por eso que después de haber revelado qué tenemos todos en común, entonces seremos capaces de hacer contacto en un nivel emocional; no nos ocultaremos uno del otro sino al contrario, trataremos de abrirnos. Cada uno revelará el “yo” interno y lo colocará por encima del externo, por encima de esta imagen, por encima de su nombre y apellido, por encima de su ocupación y todo tipo de hábitos externos, costumbres, idioma y todo lo demás. El mundo emocional propio se elevará por encima de su estado físico habitual entregado por la naturaleza. Esto es lo que necesitamos desarrollar en la persona. Para eso necesitamos mostrarles a las personas que al unificarnos entre nosotros, al superponer nuestros círculos individuales mutuamente, al enlazarnos uno con otro en un solo mecanismo, no nos volveremos robots o personas vulnerables, como en el famoso dicho ruso: “Abre tu alma para que alguien pueda escupir dentro de ella”. Lo hacemos para que en nuestro movimiento unificado integral, cuando seamos todos como un solo mecanismo análogo, lleguemos a una meta especial y demos a luz algo nuevo, justo como una pareja se une para tener descendencia. Excepto que aquí todos estamos dando a luz juntos, creando un estado de la humanidad completamente nuevo, donde no tenemos que ocultarnos, temer, o arrebatarnos las cosas mutuamente para elevarnos. Por el contrario, nuestro ascenso será mutuo, precisamente a través de esta “descendencia” común de nosotros que atenderemos y apreciaremos, haciéndola crecer y desarrollarse constantemente
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