
No, en cada uno de nosotros existen dos partes: femenina y masculina, con ambas avanzamos. Sin embargo, en relación a la unidad en el grupo, las almas masculinas y femeninas son un poco distintas en sus enfoques. Las mujeres se unen en relación a su fuerza, mientras que los hombres deben conectarse y unirse con todos sus corazones, en los lazos de hermandad más fuertes. Aquí, todo el asunto está en la unicidad del alma: El alma masculina pertenece más a GE (Galgalta ve Eynaim) y la femenina al AHP (Ozen, Jotem, Peh). Pero ambos necesitan alcanzar el nivel más alto, y a lo largo del camino de las mujeres, no existen obstáculos especiales. Realmente les sugiero mucho a las mujeres y les pido que se preocupen de los hombres, que los empujen para que se unan y se conecten, permanezcan en un círculo rodeandolos con el fin de evitar que se retiren. Después de todo, los hombres permanecen como niños toda su vida. Ellos no tienen el mecanismo de dar a luz y de preocuparse por los demás. Él no cambia, sólo crece en tamaño. Por otra parte, cuando la mujer llega a ser madre, ella atraviesa serios cambios hormonales de una forma u otra. En ella está oculto el mismo potencial, el mismo anhelo, el mismo entendimiento. Por lo tanto ella está más conectada con la vida, con la naturaleza. Ella es más lógica, más realista. Los ascensos y descensos le afectan a ella menos que a los hombres ya que su cuerpo es usado para “tragar” estos golpes de forma regular. Esta es la razón por la que la mujer necesita ayudar al hombre y esto se habla mucho de esto en la sabiduría de la Cábala. Sin la ayuda de la mujer, el hombre no alcanzará la meta. Entonces cuiden de ellos como madres que aprecian a sus bebés
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