
Respuesta: Probablemente sabes que en el siglo 18 era popular entre las clases acomodadas el comprar su propio palco en la ópera o el teatro. Si una persona quería escuchar su aria favorita en la ópera, iba sólo por esos 15 minutos, la disfrutaba y después regresaba a casa. Pero entonces no había aparatos de grabación o grabaciones por eso las personas tenían que acudir en persona a escuchar la sinfonía o la ópera. Después se inventaron los televisores y los equipos de grabación, ¿Entonces por qué existen teatros hasta el día de hoy? Por ejemplo, un boleto para la ópera italiana en la que actúa un cantante famoso cuesta mucho dinero. Una vez fui a una ópera en Londres y el boleto más barato, al final de la tribuna, costaba 40 Libras (unos 65 dólares). Pero las personas aún así van porque es imposible transferir una impresión a través de la pantalla. Para obtener una impresión completa, tienes que estar en ese lugar en persona. “Un lugar” es una noción espiritual, la cual también existe en nuestro mundo. ¡Y esto es incluso más cierto en una convención cabalística porque estamos juntos y nos unimos! y para eso no es suficiente verla en la pantalla o escucharla a través de los audífonos. Si incluso una ópera grabada no te da la misma impresión que una presentación en vivo, entonces esto es incluso más cierto con la sensación de unidad. Todo el propósito de la convención es la unidad. Todos los eventos, seminarios y discusiones están dedicados a esto. Este proceso viviente único, no puede ser comunicado de cualquier forma. Para esto estoy dispuesto a viajar a cualquier grupo, a cualquier punto del mundo, aún cuando esto es bastante pesado para mí. Pero no hay opción; no puedo llevar a cabo la misión de ninguna otra forma y ustedes no pueden alcanzar la meta de ninguna otra forma. Sólo si alguien vive en un lugar muy remoto y no tiene la oportunidad de asistir y realmente no puede (y el tendrá que probarle eso al Creador, no a nosotros), entonces aparentemente existe un cálculo personal, especial con él. Pero yo no dejaría pasar la oportunidad de estar en una convención por nada. Existe un ejemplo famoso de una persona que vivió hace miles de años en el desierto de Neguev y trabajaba en la agricultura y una vez al año viajaba a pie para estudiar en Jerusalén. Sólo podía permanecer y estudiar aquí por un día, porque el camino hasta ahí era tan largo, que tenía que partir de regreso para regresar a tiempo de comenzar a trabajar en el campo. Pero hasta el día de hoy existe un día especial durante el año que fue nombrado en su honor (“un estudiante por un día”) en el que todos se sientan y estudian. Es imposible transmitir energía de una persona a otra sin el contacto personal, físico, n el que todos estamos juntos ¡Es por eso que existimos en “este mundo”!, en una realidad imaginaria en la cual nace nuestra conexión. Y tras eso ya comienza a crecer en la espiritualidad. Es como una flor que no crece hasta que el grano de descomponga en la tierra y de este surja un brote, que después crece para convertirse en una flor. Así es como debemos plantar el comienzo de nuestra conexión. Y aun cuando estamos en el mundo egoísta, nuestro grano debe descomponerse en este suelo egoísta y de este resultará un nuevo brote. Sin embargo, esta fase preliminar, la conexión física entre nosotros, es necesaria, y es por eso que existe todo el mundo. Y pienso que después de esas palabras, debe ocurrir una explosión y todos los que no se han registrado correrán a registrarse para la convención. Si fuera una persona que vive en Norteamérica, no me quedaría en casa. Puedes colocar una televisión con la pantalla más grande frente a ti y establecer las condiciones ideales, las más cómodas, tomar vacaciones para que nadie te distraiga de observar la convención, pero aun así, esto no te dará ningún contacto. Te perderás lo más importante: la sensación interna y sólo verás la imagen externa.
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