
Rav: Nuestra familia general consta de siete mil millones de personas y tenemos que pensar en todos, tenemos que preocuparnos por lo que le dejaremos a la próxima generación y no sólo a tus tres hijos o a nuestros nietos. Pero entre tanto, veo que nosotros estamos disfrutando de la vida, que estamos consumiendo los recursos vitales sin ningún pensamiento o sentimiento, y sin preocuparnos por los que vendrán después de nosotros. Este es sólo un ejemplo de cuan ciego es nuestro ego, y de que éste no entiende lo que está haciendo. Si miramos el comportamiento de todos los países y de todos los gobiernos, podemos ver que nadie está pensando en el futuro. Nuestro único deseo es explotar más recursos de la tierra, producir más bienes y luego desecharlos. El hecho de que al mismo tiempo estemos contaminando el aire y el agua, no nos detiene. He viajado mucho por todo el mundo y veo que incluso en países que no son industrializados, el medio ambiente está terriblemente contaminado. Casi no hay lugares que todavía sean naturales y estén limpios, todo está envenenado. Este es un proceso natural, mientras nos maneje sólo la fuerza del ego. Si no hay otra fuerza que contrarreste el ego, la fuerza de otorgamiento que pueda equilibrarlo, éste nos matará. Nosotros no seremos capaces de detenerlo. Sólo un momento antes del final, sin tener otra opción, gritaremos, “¡Ayuda!” Y entonces seremos salvados. Pero es mejor no llegar a este estado, es mejor difundir la sabiduría de la Cabalá lo más ampliamente posible antes de que lleguemos a este estado. Nosotros debemos entender que si luchamos como sociedad sólo en contra de la contaminación externa para proteger la naturaleza, esto no ayudará. Se nos han dado todos los problemas ecológicos con el fin de empujarnos en la dirección de la corrección del alma. Si sólo nos ocupamos de mejorar el medio ambiente, al hacerlo, no vamos a corregir nada. Ahora los científicos están empezando a ver esto, ellos dicen que si empezamos a utilizar fuentes alternativas de energía para preservar el medio ambiente, sólo daremos lugar a otros resultados inesperados. Por ejemplo, los generadores que funcionan con energía eólica, los cuales son considerados como ecológicamente amigables, de hecho tienen un fuerte impacto sobre el calentamiento global que no justifica la energía que producen. Después de todo, estos empujan el aire a la tierra con gran fuerza, lo que causa más daño que beneficio. Existe la ley de conservación de la energía. Nosotros no podemos producir energía de la nada. Incluso si usamos la energía solar, ésta tiene un impacto enormemente negativo en la tierra. Así que no podemos cubrir todo el planeta con paneles solares, estos no nos ayudarán a mejorar el medio ambiente, sino en realidad a hacerle daño. En la naturaleza todo está dispuesto para que sólo al avanzar hacia la meta de la creación, logremos el equilibrio con la naturaleza. Todo lo demás que hagamos, sin importar cuán bueno pueda parecer, sólo causa daño. No importa cuánto intentemos proteger la naturaleza, nada ayudará. Esto llega hasta tal punto, que podemos dejar de pensar en salvar el medio ambiente de la Tierra y los recursos naturales, en los desechos que contaminan, en el plástico que llena los mares y océanos, más bien debemos encargarnos sólo de nuestra corrección interna. Entonces todo se resolverá inmediatamente porque el nivel más alto corrige todos los niveles que están por debajo de él. En El Libro del Zóhar y en el artículo “La Introducción a la sabiduría de la Cabalá”, escritos por Baal HaSulam, se nos dice que todo depende de la corrección del hombre, mientras que los niveles naturales inanimado, vegetativo y animado ascienden y descienden con él, sin ningún tipo de cuenta propia. Por lo tanto la protección de la ecología no nos ayudará. En su lugar, lo principal es cuidar de nuestra alma.
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