No importa cuán difícil aparente ser el alcance espiritual, en realidad, no hay nada más simple. Imaginen un sistema que está completamente unificado, sano, conectado entre todas sus partes, en sus más mínimos detalles. Todo opera en absoluta armonía y aspira a una sola meta, todo está dirigido hacia la conexión, a hacer un análisis común, en otras palabras, hacia el Creador, que existe entre nosotros. Lo revelamos a Él como una consecuencia de la armonía que surge entre nosotros a través de nuestros constantes esfuerzos por conectarnos de forma armoniosa. Como resultado de encontrar la armonía dentro de nuestros deseos, revelamos la Luz que los llena. ¡El Creador está en nosotros! Estamos en el mundo de Infinito, así que revelemos al menos justo el primer grado, el grado más sencillo y pequeño de este estado perfecto. Revelarlo significa volverte correspondiente con este, volverte igual en cualidades, alcanzar el equilibrio con la Luz que lo llena al menos en el primer grado, Nefesh de Nefesh de Nefesh del mundo de Assiya. Para esto es necesario lograr la igualdad de todas las partes de la vasija común ¿Pero cómo se puede lograr si la igualdad no puede ser medida? Lo único que puede medirse es la diferencia entre uno y otro, una Delta. Pero cuando las cosas son idénticas, no podemos evaluarlas porque perdemos la escala para medirlas ¿Cómo pueden ser comparados dos colores absolutamente negros, o cómo comparamos el blanco con el blanco? Necesitamos una cierta diferencia para evaluar las cosas. Sin embargo, debemos verificar nuestra igualdad, porque si no soy completamente igual a otro no puedo considerarlo mi amigo, yo no estoy conectado con él mediante una mutua conexión abierta. Y es por esto que necesito dos cualidades: recepción y otorgamiento. Yo debo otorgarles a los del grupo como si fuera alguien grande en relación a los pequeños, dándoles la grandeza de la meta, el reconocimiento de la importancia del Creador y de los amigos. Y por otra parte, debo rebajarme al mismo grado en relación a ellos con el fin de recibir su influencia y su apoyo, al percibirlos como las personas más grandes de la generación. En otras palabras, logro el máximo otorgamiento y el máximo grado al rebajarme a mí mismo. Y esos dos máximos me llevan a mi igualdad. No puedo construir la igualdad por sí misma, sólo al considerarme igual, esta igualdad no tiene ningún valor. La igualdad sólo se revela como consecuencia de dos estados extremos: el más elevado y el más bajo.
Y cuando todos en el grupo funcionan de esta manera: en el máximo y en el mínimo, dando todo al grupo y recibiendo fuerza, despertar, e inspiración de ellos, entonces es como si estuvieran conectándose por medio de un solo conducto abierto. Antes, todos solíamos conectarnos el uno al otro a través de conductos, a través de los cuales fluía la energía, pero ahora, todos se fusionaron y obtenemos un gran lago, un depósito común que está descubriéndose.
Y cuando todos en el grupo funcionan de esta manera: en el máximo y en el mínimo, dando todo al grupo y recibiendo fuerza, despertar, e inspiración de ellos, entonces es como si estuvieran conectándose por medio de un solo conducto abierto. Antes, todos solíamos conectarnos el uno al otro a través de conductos, a través de los cuales fluía la energía, pero ahora, todos se fusionaron y obtenemos un gran lago, un depósito común que está descubriéndose.
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