
Rav: Cuando me siento en círculo con otras personas, debo ver a cada uno como una marioneta a través de la cual habla el Creador. No es una persona, sino la manera en que el Creador se presenta a mí en varias formas. No importa cuán tontas sean las cosas que dicen, no me importa; me inclino ante ellos. No importa cuán desagradables de pronto me parecen, cuán repulsivos y poco atractivos, debo compensar esto al entender que Él despierta este punto de vista, esta antipatía en mí. Y este es el lugar del trabajo. Está escrito del gran sabio Rabí Yossi Ben Kisma que tenía un grupo de estudiantes que eran totalmente principiantes, estúpidos y sin méritos, pero se colocó a sí mismo incluso más bajo en relación a ellos y entonces de pronto se volvieron grandes a sus ojos y fue capaz de recibir todo el alcance del Creador a través de ellos. Nadie es más alto o es más bajo; todo eso existe de acuerdo a nuestra evaluación. Por lo tanto, puedo sentarme con un grupo que “llegó de la calle”-eso no importa. Todo depende de la posición que asumo en relación a ellos.
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