En
su lugar adquiero todo el sistema que se vuelve mío. No me hundo en el
sistema, como si dejara de existir; ¡en su lugar los adquiero a todos!. Comienzo a sentir que todo lo que hay en el sistema son mis deseos, mis intenciones,
mi vida. Vivo este sistema, mato mi deseo de recibir y así comienzo a
sentir el deseo del sistema, su mente, la fuerza que lo opera. No puedo estar bajo dos autoridades al mismo tiempo: yo puedo estar o
bajo mi dominio o bajo el dominio del Creador; es una de las dos.
Entonces tengo que elevar mis vasijas desde los mundos de BYA hasta la
conexión con Maljut de Atzilut, hasta la Shejiná (Divinidad). Los mundos de Beria, Yetzira, Assiya(BYA), son los deseos de HBD,
HGT, NHY que están bajo el Parsá. Primero elevamos nuestras vasijas del
mundo de Beria hasta Atzilut, después los deseos del mundo de Yetzira
hasta Atzilut y después del mundo de Assiya hasta Atzilut. En
correspondencia, se forman en nosotros los estados de Ibur (gestación),
Yeniká (amamantamiento) y Mójin (mente).
Así nos elevamos a Maljut de Atzilut, elevándonos en fe por encima de la razón.
Todo lo que es externo a mí está separado de mí por una barrera, por el
Parsá, detrás del cual existe el mundo de Atzilut. En este lado del
Parsá, existen los mundos de BYA que son llamados vasijas
de separación en las cuales siento mi “yo”. Pero en realidad no soy yo,
sino las vasijas rotas que alguna vez estuvieron conectadas y después
cayeron y por eso me las presentan ahora de esta manera.
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