Está absolutamente claro para nosotros que el Creador está detrás
del deseo espiritual de un amigo. Pero ese pensamiento se escapa
constantemente hacia el lado. Usted piensa, “Yo doy y doy, ¿cuándo voy a
sacar algo de esta?” Por otro lado, el juego está amañado, y todos los
estados fueron preestablecido: cuando sacaron a Moisés del río, el salto
de Najshón el agua, la toma de la última piedra de la Torre de
Babel. Al parecer hay algún tipo de apalancamiento que hace posible que
nosotros podamos ser acomodados en un estado. Usted dijo una vez que es
posible aprender durante años y hacer un esfuerzo para conectarnos, pero
hay suerte para todo. ¿Qué es la “suerte” en la espiritualidad y cómo
puede uno obtenerla?
Dr: Laitman
La suerte viene a la persona con la condición de que ella esté lista
para participar en el “juego”. Es como si yo fuera a un casino y allí
en cero, en el rojo; Yo no me rindo, creo en la suerte y realmente
insisto: la suerte tiene que venir. Yo involucro a mis socios, amigos y a
mi maestro, a que nos dirijan con mayor precisión. Debemos incluir a
los sabios cabalistas quienes nos han traído a este camino. Ellos ya
jugaron bien el juego, de manera correcta, sensata y eficaz. Además,
nosotros involucramos al Creador: Si lo hacemos todo bien, entonces
podemos recibir ayuda de Él y lograr de Él una “señal de buena suerte”.
Esto puede alcanzarse sólo de esta manera. Nuestra suerte es que hemos sido
elegidos ya para un rol especial: llevar al mundo hacia la corrección.
Si aceptamos esta “carta” y estamos listos para jugar, ya tenemos algo
en nuestra mano. Por otro lado, también debemos tomar la segunda
“carta”, es decir, el grupo y el maestro, juntos con los cuales podemos
organizar las reglas generales del juego y si nos organizamos todo correctamente,
entonces tenemos a alguien con quien jugar, con la Fuerza superior, con
el Creador. Entonces viene la suerte: la Luz superior “gotea” sobre
nosotros. No fluye, sino que gotea, aunque estas gotas descienden de
forma intermitente, en última instancia, ellas nos corrigen y nos
conectan, moldeándonos en una forma tal que el Creador se revelará entre
nosotros. Esto es llamado “suerte”. Tener suerte
significa estar listo para trabajar, recibir las gotas de Luz, no
desesperarnos en los intervalos entre ellas, estando en un estado
negativo, uno positivo, en la oscuridad, en la Luz y corregirnos a
nosotros mismos para que el goteo de la “suerte” se convierta en una
corriente fuerte. Aquí todo depende de los deseos, en nuestros Kelim.
La “suerte” le llega a la persona, si está dispuesta a aceptar estas
gotas sin queja y a continuar en el camino, mientras que las
interrupciones que hay en medio no dejan que se convierta “aguas
poderosas”. No todos están listos para permanecer en esto. Alguien que
esté listo, él tiene “suerte”.
Pregunta: En otras palabras, ¿no todos son capaces de anularse?
Dr: Laitman
En efecto, no todos. Como está escrito, “Mil entran en una habitación y
uno sale a enseñar”. Como se entiende, esto no habla acerca de una
persona de cada mil. En general, el alcance del método ya es un gran
paso hacia adelante. En palabras de Baal HaSulam, incluso
si las personas entran en contacto con el método incluso una sola vez,
su recompensa es muy grande, ellas son elevadas y separadas del resto
de la humanidad. A pesar de todo esto, muchos en el camino. ¿De qué depende? De esa misma “suerte”.
Pregunta: Pero
todo lo que hay en mí ha sido formado por el Creador. ¿Dónde está el
punto de inflexión, donde el que está trabajando no es Él, sino que soy
yo?
Dr: Laitman El
punto de inflexión está en esto: la persona tiene que pasar de su
relación con el Creador y los estudios, de sí misma a sus amigos. Este
es el punto. Si está preparada para doblarse a sí misma, no romperse,
si está dispuesta a persistir y a no abandonar el camino mientras
descubre el verdadero odio, entonces ella alcanza grandes cambios. En general las personas se rompen en
este punto: Ellas están listas para todo, excepto para anularse ante los
amigos. Empiezan los cálculos, las excusas: la familia, los hijos, la
vida cotidiana, el orgullo espiritual, en resumen hay muchos problemas,
pero este es precisamente el examen, el Creador no puede ayudarnos aquí.
De una u otra forma, el resultado no se
conoce desde el comienzo, el destino de la persona no ha sido registrado
desde el principio. ¿Estará ella dispuesta a doblarse? Es necesario
trabajar para anularse absolutamente ante el maestro y el grupo. Es aquí
específicamente que se necesita “la suerte”
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