Por supuesto que somos una gran familia ya que inicialmente solo fue
creada una vasija, un deseo. Entonces se rompió en billones de deseos
individuales. Así existen hoy en día siete billones de personas en el
mundo. Ahora tenemos que reconectarnos pero esta vez por medio de
nuestros esfuerzos colectivos. Por supuesto, esto ocurre bajo la
influencia de la Luz superior, dado que no podemos hacerlo por nosotros
mismos. La Luz lo hace todo, pero nosotros tenemos que llevar todo este
sistema hacia la conexión integral, es decir, llegar a ser nuevamente un
todo único. ¿Qué ocurre aquí? Primero, fuimos un
todo único. Luego, bajo la influencia de la Luz superior, nosotros
empezamos a sentir rechazo, de manera egoísta los unos por los otros y
nuestra vasija fue quebrada.
Esto significa que la Luz ha introducido
su atributo opuesto en nosotros y ahora, entre nosotros existen
vacíos, distancias emocionales: Yo no puedo soportar a los demás, él y
yo no podemos vivir juntos, ¿Por qué? Porque la Luz ha insertado un ego
en nosotros, la resistencia entre nosotros, la oscuridad. Si ahora anulamos este atributo opuesto,
al pedir que la Luz influya en nosotros, entonces esta nos iluminará
nuevamente, pero de acuerdo a nuestro deseo nos elevará ahora por encima
de nuestro ego. Entonces resulta que si antes la Luz nos iluminaba en
el nivel de la Luz de Nefesh, la cual es una Luz muy débil, ahora nos ilumina en el nivel de la Luz de Yejida, la cual es una gran Luz eterna.
Esta es toda nuestra ganancia. En otras
palabras, el rechazo que sentimos, todos los vacíos y los espacios entre
nosotros, tienen que ser llenados con la Luz.
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