Esta dice que todo está frente a ti desde el principio. Todas las
cosas que tienes que descubrir ya existen. Cuando la persona nace, ella
gradualmente descubre nuevas cosas para sí misma, y le parece que no
existían antes. Así es como se siente. Pero en realidad, todo ya existe;
sólo necesitamos preparar nuestros Kelim (deseos), los correspondientes límites del universo serán inmediatamente revelados en ellos. En general, para que la realidad entera esté frente a nosotros es necesario sólo añadir la intención de otorgar, la Luz de Jassadim, hasta ese grado descubrimos la realidad perfecta. Sólo esto nos hace falta. Por lo tanto yo no pretendo corregir
la corrupta realidad presente. Pretendo añadir el atributo de fe, el
atributo de otorgamiento a mi relación con todo. Esto es corrección, fe por encima de la razón. En consecuencia, yo no necesito
corregirme desde el interior, simplemente necesito salir de mí mismo
hacia el exterior y conectarme con lo que está ahí. Todo está ya frente a
ustedes, el problema es que ustedes no están ahí, afuera de ustedes
mismos. Es necesario llevar a cabo esta acción, salir afuera de ustedes
mismo, y entonces esta realidad se volverá suya. Hoy, aún no están
listos para revelarla, pero existe. Sólo necesitan “ponerse los
anteojos” con el fin de verla. Nosotros construimos el Kli
espiritual por encima del deseo de recibir, por encima de la impureza.
El “Faraón” no desaparece en ningún lugar, el deseo de recibir
permanece, y más aún, permanece en su forma brutal y al final se le
añade “el corazón de piedra”. Pero necesitamos elevarnos por encima de
este, pasar por encima de este. Yo protejo la impureza (Klipá)
que cubre mi deseo de recibir; similarmente, la cascara protege la
fruta hasta que madure por completo. De otra manera, la fruta se
pudrirá, y no alcanzará la corrección completa. Construyo toda mi
relación con la realidad mientras la cáscara protege mi deseo de
recibir: “Que no desaparezcan así de mí mi odio, celos, crueldad,
pereza; que permanezcan todas esas cosas porque las necesito”. Es como
si yo envolviera mis características egoístas en un paquete, saliera
de ellas hacia afuera y si por el contrario desaparecieran, yo me
quedaría sin nada y no tendría ninguna base sobre la cual construirme a
mí mismo.
Pregunta: ¿Entonces cómo sale la persona de sí misma?
Dr: Laitman
Para esto es necesario llegar a la impotencia total. Entonces se abrirá
para ustedes una especie de hueco en el corazón, en el cual sienten que
pueden ir hacia afuera, y pedirán esto. Pero mientras tanto no han
llegado a la verdadera plegaria, no han sido “empujados” lo suficiente para encontrar al Creador.
Pregunta: ¿Cómo alcanza la persona la verdadera plegaria con el fin de obtener ayuda?
Dr: Laitman
Esto sucede sólo después de que ella pierde completamente la esperanza,
pero aún permanece en el camino. Por una parte es necesario llegar a un
estado de reconocimiento del mal, por la otra la grandeza de la meta, y
mantener esta separación.
Primero, yo me siento mal porque estoy
en el estado egoísta. Este estado es una maldad insoportable para mí.
Pero el problema no es que sea malo para mí. Tengo que cancelar mi “yo” y
querer que esto sea malo para mí porque no estoy listo para otorgarle
al Creador. Así, la maldad se manifiesta en oposición al amor por el
Creador. Segundo, reconozco la grandeza de la meta, que para mí es el
bien. Cuando mantengo esos dos extremos, yo llego a una verdadera plegaria, a una petición por la corrección. La meta es tan grande ante mis ojos que
no puedo abandonarla. Todo el tiempo mi preocupación es que la
grandeza sólo crezca más. En última instancia, me aferro a dos extremos:
a la grandeza de la meta y a la maldad de mi estado presente. Aquí debe haber presión del grupo,
que me dé la consciencia de que la grandeza de la meta es precisamente
darle contento al Creador. Y entonces comienzo a pensar cómo huir de mi
mal estado presente, el cual es malo específicamente porque estoy lejos
de la meta.
Esas son las condiciones que deben
formarse dentro de mí. Para esto lo tengo todo: el grupo, al Creador,
las fuentes. Pero la consciencia de la importancia de la meta es la clave
de todo (1), es previa a todas esas condiciones. Yo necesito estar
enfocado en la meta y dentro de todos esos estados, mirar sólo hacia la
meta, adherirme sólo a ella. Entonces, como resultado, necesito
realmente un grupo, un maestro, los estudios y la diseminación. Después de todo, “el final de la acción
está en su pensamiento inicial”. La meta me obliga a todo. Al aspirar a
la meta, yo entiendo que no puedo arreglármelas sin el entorno, porque
alcanzaré la meta específicamente entre los amigos. Sé que no puedo
lograrlo sin el maestro porque él me une al grupo en el camino y trae la
Luz que nos llena. Entiendo que no puedo hacerlo sin libros porque con
su ayuda aprendo el sistema espiritual y me estimulo. Cuando estudio, es
como si yo estuviera en ese sistema, y desde ahí convoco la Luz que
Reforma. Y finalmente, me doy cuenta de que no puedo arreglármelas sin
la diseminación, dado que el grupo es una pequeña parte de la vasija
colectiva de la humanidad por la cual también necesito preocuparme. Todo se deriva del hecho de que me doy
cuenta de la importancia de la meta. Interpreto para mí mismo el estado
final en el cual el grupo, el maestro y yo, estamos unidos con toda la
humanidad de tal manera que todo el sistema espiritual cobra vida entre
nosotros. Sus Luces nos llenarán y nos unirán a unos con otros en una
sola Maljut del mundo de Infinito y en esta, nosotros
revelaremos a Aquel que la ha formado, a la Raíz que ha producido las
cuatro fases de la Luz Directa. Esta es el Creador.
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