Necesitamos entender que este es nuestro destino. Esto es lo que nos ha traído a una ciencia que investiga la naturaleza del mundo, el manejo del mundo, a la ciencia de la Cabalá.
Como ustedes saben, el primer libro acerca de este tema fue escrito hace 5772 años por Adam.
Hoy, depende de nosotros diseminar este conocimiento lo más pronto
posible en toda Europa, y ciertamente en todo el mundo. Debemos mostrar
que todo pasa a través de este proceso. Comenzamos un poco antes;
estudiamos y entendemos lo que está sucediendo. Y sin aprender y
entender, a pesar de todo, el mundo entero comparte esto. Nosotros ya hemos tenido la oportunidad de convencernos de esto: hoy
estamos hablando de ello y en unos cuantos años el mundo comienza a
acercarse a nuestras ideas, entendimiento; las personas aquí y allá
están comenzando a decir las mismas cosas. Aun cuando, de hecho, nadie
solía hablar acerca de conexión ni de la necesidad del cambio humano y
la conexión entre las personas, hoy muchos hablan de esto. En internet,
existe ya una enorme cantidad de material, escritos; se han organizado
convenciones y conferencias acerca de este tema. Este menaje está
penetrando gradualmente en la humanidad y nosotros somos como el
“cerebro” desde el cual surge esta influencia, esparciendo señales y
ondas. Estas parecen esparcirse bajo la superficie, actuando en todos. Sin embargo, necesitamos esforzarnos para hacer esto mucho más
rápido, de forma efectiva, y consistente. Esta es nuestra misión. Y por
lo tanto nosotros, quienes nos encontramos aquí, todos nuestros amigos
en todo el mundo, incluyendo aquellos que no están presentes aquí y
aun así se encuentran en la convención junto con nosotros, deben entender que fue específicamente para esto que fueron guiados hacia la sabiduría de la Cabalá. En el tiempo en que yo llegué a mi maestro Rabash, me encontré rodeado de hombres mayores. Rabash me
llevaba más de cuarenta años y todo el resto eran casi de su edad. No
había nadie ahí menor de 65, yo tenía 30 años. Le pregunté.
-”¿Qué necesito exactamente para avanzar?”
-Rabash respondió, “Necesitas un grupo”.
Yo comencé a dar conferencias, a enseñar; traje nuevas personas y se formó un grupo.
-”¿Y qué más?”
- “Continúa”.
Yo continué. Escribí libros, organicé conferencias; siempre estaba
preocupado por expandir el rango de personas. Y entonces cuando Rabash vio que estaba ocupado con esto, él me transmitió el método de desarrollo espiritual. Vi esto muy claramente. Baal HaSulam
también escribe acerca de lo que la persona necesita hacer. Era muy
claro para mí que el secreto de todo mi éxito en la sabiduría de la
Cabalá se debe al hecho de encontrarme única y exclusivamente en la
diseminación. Es imposible llegar al descubrimiento del mundo superior solo, dado
que este se descubre a través de la cooperación correcta entre las
personas. Incluso si soy un egoísta, un individualista a mi manera, un
científico, que se encierra en su cuarto (yo soy así incluso ahora, mi
comportamiento no ha cambiado), a pesar de todo esto, debo trabajar con
las personas. Ya que de otra manera, si no hubiera estado realmente
involucrado en la diseminación, en la expansión, en traer a las
personas, no habría alcanzado nada, no habría descubierto nada. Sabemos a partir de todas las fuentes cabalísticas que nada se descubre en la persona; más bien, se logra sólo a través de la conexión
con otros. Este alguna vez fue un pequeño grupo. Hoy, dado que el mundo
es completamente diferente, se requiere de nosotros una relación
totalmente diferente hacia el mundo: Debemos preocuparnos por él;
debemos diseminar. Para nosotros la realización de nuestra conexión a
través del método de la Cabalá es el trabajo interno. Y necesitamos
diseminar ese método en su forma externa, el método de educación integral.
Entonces, nuestra misión es ayudar a Europa a ser integral, a estar
conectada en una forma mutua, unificada. Y nuestra elevación depende de
cuánto invirtamos en esta diseminación, en esta educación.
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