Durante sus miles de años de exilio, el pueblo de Israel sufrió de la destrucción del Primer y Segundo Templo,
llegaron al estado de completa fragmentación, y perdieron incluso la
más ligera memoria acerca del sistema común que los unió.
Comenzando
con Adam, el primer hombre, el pueblo judío se dio cuenta de cómo
funcionaba este sistema. En el tiempo de Abraham, estudiaron
persistentemente la estructura de la unidad, y en el tiempo de Moisés,
ellos incluso se arreglaron para implementarla entre sí.
Este
estado de las cosas perduró hasta la destrucción del Segundo Templo,
hasta el tiempo de Rabí Akiva, en el cual todo colapsó. La caída tuvo un
gran impacto en el avance de toda la humanidad.
Por una
parte, los judíos se dispersaron por todo el mundo. Este proceso les
permitió contribuir con su forma de desarrollo en otros países,
afectando el desarrollo de la religión, el pensamiento, las creencias,
la filosofía, la ciencia y la medicina.
El
conocimiento fue transferido a través de los antiguo griegos y romanos, a
través de filósofos a lo largo de toda la historia. Los judíos
fundaron un sistema de comercio e industria en Europa y construyeron la
base para para la fabricación y comercio modernos.
El
sistema que crearon era integral y, a pesar de que los judíos fueron
dispersados por el mundo, hablaban un idioma y se entendían bien entre
sí. Entonces, ellos fueron capaces de construir conexiones
con los demás. Esos eventos tuvieron lugar hace cerca de 1500 años, y
fue posible sólo debido al estado especial que el pueblo judío había
alcanzado.
Un judío
podía viajar de Italia a Holanda y hablar con judíos locales sin ningún
problema, ir a una sinagoga y hacer tratos comerciales. Y viceversa,
los judíos de Holanda viajaban a Italia u otros países y hacían lo
mismo. En el mundo fragmentado donde los países estaban aislados, los
judíos sirvieron como un enlace de conexión.
Los judíos estaban unidos por una cultura, educación, lenguaje común y Kashrut
(leyes de alimentación religiosas). Cuando un judío llegaba a otro
país, podía comer sólo en casas judías locales, nunca en alguna otra
parte. La tradición además promovía conexiones entre judíos, dado que
los viajeros atendían las sinagogas locales. Este tipo de conducta
estimuló el crecimiento de la industria y el comercio en el mundo.
Así es
como los judíos contribuyeron al avance general en el mundo, ya que
fueron exiliados para llevar tecnologías, ciencia, industria, comercio y
religiones a otras naciones.
Originalmente,
todas las religiones sirvieron al propósito de mover a la humanidad
hacia adelante, y gracias a las religiones, el paganismo dejó de
existir. Las personas dejaron de adorar árboles y piedras y dejaron de
asociar objetos materiales con poderes supernaturales. Se volvieron más
espirituales.
Así, una buena base fue creada para el
desarrollo de las artes, la pintura, la música, etc. Las artes
estimularon el avance interno, espiritual y llegaron hasta las personas
comunes a través de sus religiones. Las naciones del mundo no tienen
idea de que su éxito en las artes y las ciencias fue posible por los
judíos que recibieron este conocimiento sólo a causa de que en algún
punto alcanzaron la fuerza espiritual superior oculta en la naturaleza.
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