El día de tristeza se convertirá en el día de alegría.

En algún punto de nuestra historia, el pueblo judío reveló el sistema superior pero, tras la destrucción de los dos Templos perdieron este conocimiento. El Primer Templo fue borrado hace muchos siglos A.C., el segundo Templo fue destruído al principio de nuestra era.

Hoy en día, en el siglo XXI, debemos construir nuevos enlaces entre nosotros. Este proceso es llamado la “construcción del Tercer Templo”.

Si es así, los peores períodos de manifestación del mal y egoísmo se convertirán en tiempos de benevolencia. El 9 de Av, el peor día del año, se convertirá en el mejor y más maravilloso día.

El mal que es revelado en este día de acuerdo con su raíz espiritual interna puede ser transformado en benevolencia, convirtiendo así un gran menos en un enorme más. Al hacerlo, provocaremos cambios en el sistema de gobierno superior en todo el mundo.

Esto explica por qué en el 9 de Av ciertas tradiciones de duelo deben ser observadas para conmemorar lo que le sucedió a los judíos en este día. Por otra parte, tenemos que relacionarnos con este día como adultos conscientes.

Realmente es un tiempo especial. Hace mucho tiempo, cuando el pueblo de Israel deambulaba en el desierto, en el 9 de Av los hijos de Israel cavaban tumbas y se quedaban en ellas. Si morían en este día, ya estaban en la tumba, si sobrevivían, abandonaban la tumba.

Y aun así, este día puede ser transformado en el más benevolente. Este periodo de tiempo era considerado muy negativo a causa de la influencia del sistema superior. Este es el tiempo en el que convertir el mal en bien es posible.

Esto explica por qué no debemos llorar en el 9 de Av. Continuamos de duelo, pero lo hacemos sólo para hacer la transformación de un día “oscuro” en un posible día “bendito”. Eventualmente, el mal se transformará en bien; el día de duelo se convertirá en el día de más grande alegría y una festividad de amor.

Pregunta: ¿Por qué tantos eventos trágicos en la historia del pueblo judío suceden el 9 de Av?

Respuesta: Los eventos buenos y malos son el resultado del programa del gobierno superior que fue explorado por el primer hombre, Adam, por Abraham, Moisés, y otros cabalistas. Todo lo que sucede es en aras de llevarnos a la unidad y a una conexión más fuerte con el resto del mundo.

Antes que nada, la unidad tiene que ser alcanzada entre el pueblo de Israel. Es nuestra responsabilidad directa. Otras naciones odian a los judíos a causa de que subconscientemente sienten que los judíos tiene el conocimiento acerca del programa de la unidad mundial y tienen los hilos en sus manos.

Los judíos son capaces de conectarse con el sistema interno y equilibrar al resto del mundo mediante traer el poder de benevolencia, otorgamiento, amor y unidad hasta este plano. Es la misión del pueblo de Israel. No es un accidente que el antisemitismo no desaparezca de la faz de la tierra y continúe creciendo. Sólo el pueblo judío puede llevar al resto del mundo a la corrección.

Las naciones del mundo son incapaces de hacer esto por su cuenta. No es su “culpa” dado que no tienen libertad de elección, ni pueden elegir por qué camino ir, bueno o malo. Es inútil esperar que cambien. Sólo podemos obligarnos a llegar a la unidad que nuestro ancestro Abraham quería que alcanzáramos.

La sabiduría de la Cabalá explica cómo llegar a ello. Es por eso que creamos nuestra organización. Nuestro grupo crece, se refuerza y actúa en todo el mundo. Todo lo que hacemos está destinado a evitar un periodo terrible que no debe nunca suceder otra vez; en su lugar,  los malos tiempos tienen que ser transformados en tiempos benevolentes y felices.